Seguramente has escuchado hablar del aceite de argán. Quizá para ti no es más que uno de los tantos productos elaborado por la industria cosmética para hacer que miles de mujeres gastemos dinero innecesariamente. Y es que con tal de mejorar nuestro aspecto, probamos desesperadamente cualquier cantidad de cremas elaboradas a base de semillas exóticas, o de la baba de algún molusco.
Muchas veces, nos hemos llevado serias decepciones, pero aun así seguimos creyendo, en eso somos especialistas. Después de todo, sabemos que es posible toparnos con una que otra maravilla que sí cumpla sus promesas, y que se convierta en nuestro aliado de belleza, como ocurre con el aceite de argán.
Quienes lo hemos utilizado, sabemos que resulta mucho más que milagroso, por algo es conocido como “el oro líquido de Marruecos”. Este aceite se obtiene de las semillas de unos frutos que encontramos en el árbol Argania spinoza. Esta especie de planta silvestre, que crece únicamente en Marruecos, es capaz de vivir en climas casi desérticos, y es tan especial que fue declarada Patrimonio Universal por la Unesco en 1998.
El proceso de extracción de este aceite es largo: se necesitan 20 horas para obtener tan sólo un litro; de allí su alto costo. Contrario a los que algunos piensan, sus virtudes no son únicamente cosméticas, consumirlo también es bueno para la salud.
El aceite de argán comestible nos permite beneficiar nuestro organismo de distintas maneras:
- Regula los niveles de colesterol. Posee ácidos monoinsaturados, magníficos para reducir el colesterol malo e incrementar el bueno. Por ello, ayuda a protegernos de las enfermedades cardiovasculares. De hecho, en este aspecto este producto es tan saludable como el aceite de oliva.
- Facilita la digestión. Esto porque aumenta la cantidad de pepsina, una enzima que ayuda a procesar los alimentos, específicamente las proteínas.
Con respecto a sus propiedades cosméticas, este aceite es extraordinario por varias razones:
- Hidrata la piel. Al ser rico en vitamina E, uno de los más potentes antioxidantes, permite combatir los radicales libres y evita que envejezcamos precozmente, pues estimula la regeneración de la piel. Además, reduce las arrugas y penetra fácilmente sin obstruir los poros. Este aceite es estupendo para suavizar la piel; y le aporta elasticidad, lo que es ideal para las mujeres embarazadas, ya que su uso previene las estrías. También reduce las inflamaciones, el acné y mejora la apariencia de las cicatrices. Y sirve para tratar los problemas de psoriasis y eczemas.
- Da brillo al cabello. Este aceite no sólo le brinda luminosidad al cabello, sino que lo hidrata y fortalece. Además repara las puntas abiertas, y sólo necesitamos un par de gotas para eliminar el detestable frizz. Asimismo, sirve como tratamiento para quitar la caspa, a la vez que facilita el desenredo.
- Fortalece las uñas. Si queremos evitar que nuestras uñas se quiebren y deseamos protegerlas de las agresiones externas, sólo debemos aplicarles un poco de este maravilloso aceite. Igualmente, nuestras cutículas pueden verse beneficiadas, pues las lubrica profundamente.
La demanda del aceite de argán crece y crece como espuma, poco importa que sea uno de los aceites más caros del mundo. Su nombre no se ha puesto de moda sin fundamento: sus propiedades son tan asombrosas que resulta beneficioso para quienes lo utilizan o consumen. Es una joya de la naturaleza, y constituye, sin lugar a dudas, uno de los mejores regalos que le hizo Marruecos al mundo. ¿Lo has probado?
