Hay un sentimiento homogéneo que se ha comenzado a manifestar en muchos países desarrollados y en vías de desarrollo, y es el rechazo para los migrantes. Países como Japón, Austria o Italia necesitan la inyección de la población migrante para contrarrestar la baja tasa de natalidad y la senectud de su población actual, pero en dichos países la migración, hoy por hoy, no es bien vista pues existe la errada sensación que traerá consecuencias negativas más que positivas.
Un caso que puede demostrar lo equivocados que están es el de Canadá, cuyo sistema migratorio es sumamente eficiente y cuya población migrante termina por amoldarse perfectamente con la sociedad y las leyes nacionales. Y esto no se trata de una percepción únicamente de los entes gubernamentales, pues cerca del 80% de la población en Canadá cree que la migración es beneficiosa para el desarrollo económico del país.
Pero ¿cómo se gestó esta idea? Cuatro elementos tienes la respuesta:
- Historia: Históricamente Canadá, como los Estados Unidos, o cualquier país de américa, es una nación formada por la inmigración. Salvo los nativos, todos los ciudadanos provienen de familias que en algún momento arribaron al país. Así es como al pasar el tiempo, Canadá ha logrado acomodar a los migrantes de un ecosistema equilibrado, dejando atrás la intolerancia luego de la II Guerra Mundial, y convirtiéndose en una de las sociedades más multiculturales del mundo.