Considero que últimamente he acentuado mucho al recinto musical que acoge a los artistas a su llegada a Toronto, pero me es muy interesante pensar en la triada venue, artista, espectador. La fusión de estas tres hace que el evento de una noche sea una experiencia espectacular y anoche el Queen Elizabeth Theater fue perfecto para recibir a una de las artistas más representativas de México y América Latina. El concierto de Natalia Lafourcade fue muy íntimo, casi una interacción uno a uno con sus seguidores.
Natalia fue parte del soundtrack de las canciones que varios de nosotros escuchábamos en nuestra adolescencia. En esa búsqueda de sonidos urbanos y diferentes de los que el mercado musical nos ofrecía, ella marcó una diferencia muy notoria con canciones clásicas como En el 2000, la cual por cierto todos coreanos. Amarte duele fue otro clásico que saltó a la fama gracias a la película mexicana con el mismo nombre.
Los espectadores estaban ansiosos por ver a la cantante y saber qué sorpresas nos tenía preparadas o improvisadas para esa noche. Las luces se apagaron cuando una guitarra comenzó a sonar lentamente y ella se acercó al micrófono. La llorona fue ese inminente clic en el cuerpo que hizo erizar la piel de sus seguidores al ser una de las canciones más populares del folclor mexicano. Con arreglos de estudio que hizo con Los Macorinos (músicos que han acompañado a artistas como Chavela Vegas) en su disco Musas, ella hace un recorrido al pasado para pulir esos tesoros en torno al folclor latinoamericano.
Natalia nos brindó piezas como Mexicana Hermosa, Soledad y el Mar, Que he sacado con quererte, La Raíz, Antes de huir, Lo que construimos, Ya no te puedo querer, Nunca es suficiente, No más llorar, Amor de mis amores. A su vez, por su puesto, nos regresó en el tiempo y todos cantamos En el 2000, Amarte Duele y Casa de cuando Natalia estaba acompañada de La Forquetina.
Natalia nos compartió que hace diez años ella decidió venir a Canadá a mejorar su idioma, como muchos de nosotros. Viviendo en Montreal y experimentando las estaciones de este país, nos comentó que una vez tocó en un bar pequeño y que no había gente. Ella era conocida en México, pero Canadá era otra Montaña que escalar y que en esa ocasión solo estaba su amigo. Años después regresa a este país con todo un recinto repleto de sus seguidores. En ese viaje también ella conoció a un amigo, el cual invitó al escenario para interpretar junto a ella el tema Remember Me, canción ganadora como mejor Canción Original 2018 por parte de la película Coco de Disney Pixar. Este dueto resultó ser un momento muy interesante gracias a la historia sobre su primera llegada a Canadá. El concierto tuvo varios y diversos matices, baile, palmas y hasta un pequeño performance por parte de sus músicos y ella misma.
Siguiendo con el amplio repertorio que nos regaló anoche, la cantante interpretó otros temas como Duerme Negrito, Tus ojitos, Mi tierra Veracruzana, Te vi pasar, Tu si sabes quererme.
Natalia nos demostró su calidez humana, su pasión por la música y su evolución en este mismo campo, la cual es notable. Es como observar en un escenario que el tiempo transcurre frente a nosotros y que las cosas cambian, se pulen, pero mantienen su esencia.
Este resultó ser uno de los conciertos más íntimos a los que hemos asistido, mucho baile, mucho coro y mucho corazón.
Esperamos ver de regreso a Natalia y que las estaciones de este país la sigan acogiendo con la calidez de anoche, sin importar la cantidad de inviernos. Su talento siempre será recibido en el rincón del planeta que ella decida explorar.
Puedes ver las fotos del concierto AQUÍ.
