En el complejo proceso de divorcio en Ontario, Canadá, la división de deudas es una preocupación significativa para muchas parejas que buscan separarse de manera justa y equitativa.
Aquí abordamos tres preguntas frecuentes sobre cómo funciona este aspecto en el proceso de divorcio en esta provincia. Para esto nos contactamos con Diana Vasilescu de DV Law, abogados de derecho de familia en español en Toronto, especializados en divorcios, separación, custodia y manutención.
PREGUNTA 1: ¿Puedo crear un plan de pago de deuda personalizado con mi excónyuge?
Claro, al separarse o divorciarse, es posible acordar con tu expareja un plan personalizado para saldar las deudas pendientes. Esto puede incluir contribuciones equitativas para liquidar deudas compartidas o asumir la responsabilidad total de las deudas personales de cada uno, como saldos de tarjetas de crédito.
Es esencial tener en cuenta que, aunque puedas hacer un acuerdo privado con tu expareja, esto no cambia la perspectiva de los acreedores. Estos acuerdos informales no son legalmente vinculantes para los acreedores, y en caso de incumplimiento, los prestamistas solo tomarán medidas contra el prestatario original.
Por lo tanto, es importante abordar las deudas compartidas con precaución y, en muchos casos, buscar asesoramiento profesional para garantizar un enfoque equitativo y legalmente sólido en el manejo de las deudas durante el proceso de divorcio.
PREGUNTA 2: ¿Cómo decide el tribunal cómo dividir las deudas?
Idealmente, tú y tu cónyuge acordarán cómo dividir las obligaciones de deuda de una manera justa y razonable. Sin embargo, si eso no es posible, la corte intervendrá para resolver la disputa.
Las deudas familiares son aquellas en las que tú o tu cónyuge incurrieron durante el matrimonio, como hipotecas, tarjetas de crédito, sobregiros, líneas de crédito y préstamos de familiares. Al igual que los activos familiares adquiridos durante el matrimonio, la corte generalmente dividirá equitativamente las obligaciones de deuda familiar entre tú y tu excónyuge, considerándolas como deudas conjuntas.
Sin embargo, hay casos en los que la corte puede dividir las deudas de manera desigual, basándose en varios factores como la capacidad de cada cónyuge para gestionar su parte de la deuda, cómo se generó la deuda, la duración del matrimonio, si el valor de la deuda excede el valor de la propiedad, si existen acuerdos firmados para dividir la deuda de una manera específica y si uno de los cónyuges aumentó significativamente la deuda después del divorcio.
Aunque la corte determina en última instancia cómo dividir la deuda marital, esta decisión no afecta a los acreedores. Para ellos, la persona cuya firma aparece en el acuerdo de préstamo es la parte responsable. Es a esta persona a la que contactarán para cobrar el pago e iniciar cualquier acción legal si es necesario.