Recientemente hablamos sobre cómo sanar las heridas del abandono, pero estas no son las únicas a las que hay que prestarles atención. De hecho, existen distintos tipos de heridas y podremos notarlas porque muchas veces afectan, de una u otra forma nuestra forma de actuar e interactuar con los demás.
Para entender mejor cómo se manifiesta la Herida del Rechazo, conversamos con la terapeuta y coaching en español en Toronto, Jazmín Hernández, quien nos explico que hay muchas formas en las que el rechazo nos hace retroceder en nuestras vidas e, incluso, se puede convertir en un un catalizador devastador para la autoderrota.
En esta nota ahondaremos en qué es la Herida del rechazo y cuáles son las cuatro señales que se manifiestan en tu vida cotidiana que podrían darte una pista que aún no has sanado este tipo de heridas. Además, por supuesto de cómo mejorar día a día.
¿Qué es la Herida del Rechazo?
La herida del rechazo puede hacerte sabotear tu vida de muchas maneras. Todo el tiempo que temes ser rechazado, te rechazas a ti mismo. Inconscientemente, te niegas las cosas, experiencias y relaciones que tu corazón anhela porque eventualmente alguien no te aceptará.
Vivir con la herida del rechazo es como intentar conducir el coche mientras aprietas el freno. Te niegas lo que quieres y creas una identidad a su alrededor que te hace parecer como si no te importara. Cuando en realidad te importa más de lo que te gustaría admitir. Te preocupas tanto que, en cambio, te haces creer que algo no importa porque creer eso te hace sentir más seguro.
Cuando finalmente descubres este patrón, te das la libertad de seguir los deseos de tu alma incluso si alguien te rechaza. Incluso si no funciona. Aunque para los demás no tiene sentido. Dejas de rechazarte a ti mismo.