Ser adulto es difícil, pero no debería serla. Muchas veces buscamos soluciones banales o fáciles a nuestros problemas. Creemos que una relación, salidas con amigos o viajes pueden solucionarlo todo, pero la verdad es que esas son actividades que uno disfruta una vez haya trabajado por dentro.
La terapeuta y coaching en español en Toronto, Jazmín Hernández, nos explica que la forma en la que uno vivió en su infancia determina nuestras vidas. Es por eso por lo que debemos estar abiertos a sanar a nuestro niño interior.
Esto se puede manifestar cuando, por ejemplo, un colega del trabajo te dice un comentario sarcástico o tienes una pelea con un compañero y de repente te sientes muy lastimado o pequeño. Pues esa podría ser una señal de tu niño interior hablando.
¿Qué es el niño interior?
Este es un concepto valioso de la psicología y se refiere a la parte infantil de tu mente inconsciente. Esencialmente, nuestro niño interior es la parte perdonadora y de espíritu libre de nosotros que todavía siente y experimenta la vida como un niño.
Pero, así como lleva los aspectos positivos de ser niño como la inocencia, la alegría y la creatividad, también lleva las heridas de nuestro pasado.
¿Cómo se sana al niño interior?
Una vez que hayamos identificado que muchos de nuestros problemas de la adultez son debido a no haber sanado a nuestro niño interior, es momento de volver sobre nuestras experiencias pasadas y eso lo puedes hacer a través de la terapia.
Podríamos descubrir algunas de las razones detrás de nuestros miedos, fobias y patrones de vida actuales. Al comenzar a comprenderlos y verlos por lo que son, es cuando realmente puede comenzar la curación.
En lugar de ver a su niño interior como una persona o personalidad separada, es mejor pensar en él como una forma de visualizar experiencias y sentimientos pasados. Al final es tu niño interior quien te ayudó a ser la persona que eres hoy.