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Acabo de regresar de vacaciones y quedé súper sorprendida de muchas de las cosas que vi durante mi viaje. Del paisaje en los países del sur, del calor, de la gente, etc. Y una de las muchas cosas que me sorprendió fue ver el excelente establecimiento económico y social de uno de mis ex clientes y buen amigo, quien se regresó a su país, Argentina, después de haber estado en Canadá por varios años. Él se regresó porque hubo una separación con su pareja, porque ya no veía posibilidades aquí, y porque al final se quería regresar a su país de origen.
Quedé sumamente sorprendida porque generalmente, cuando las personas tienen que irse de Canadá ya sea porque así lo eligen o porque son forzados por la ley a hacerlo, generalmente ellos sienten que su vida se termina, que el mundo se les viene encima y que básicamente su única alternativa es la de poder permanecer en Canadá.
Lo que me sorprendió y me parece que es un es un ejemplo para las personas que se encuentran en situaciones de que tienen forzosamente que regresar, o que eligen regresarse a sus países, es el poder aprovechar lo que aprenden aquí en Canadá, o sea sus nuevas habilidades, así como también el dinero que pueden llegar a juntar aquí en Canadá, para usarlo una vez que regresan al país de origen. En este caso, mi amigo aprendió, tal y cómo lo hacen muchos de los hombres y algunas mujeres que vienen a Canadá, aprendió las técnicas de construcción canadiense, que no son necesariamente las técnicas que se usan en nuestros países en América Latina.
Este amigo vive en el sur de Argentina, que tiene un clima que si bien no es tan severo como el canadiense, hay frío y hay nieve también. Él aprendió a hacer las construcciones que se hacen aquí, y al llegar a Argentina primero le ofrecieron un trabajo para que ayudara a una compañía en la construcción de un hotel en en el sur del país con las técnicas usadas aquí en Canadá. Y después de finalizar este trabajo, abrió su propia compañía y empezó a desarrollar proyectos de casas y apartamentos y negocios usando estas mismas técnicas canadienses.
El resultado es que tuvo un éxito rotundo, y ya han pasado 17 años desde que regresó y todavía sigue siendo considerado como el principal constructor de esa zona. A su vez, el dinero que se llevó de Canadá lo invirtió en propiedades, y en estos momentos tiene propiedades en la Patagonia Argentina, tiene propiedades en Buenos Aires, tiene un departamento también a las afueras de Buenos Aires. Y además del negocio de construcción, también abrió un restaurante, abrió una compañía de renta de autos, otra compañía de lavado de autos, y ahora está pensando en crear una compañía para llevar pescadores canadienses de turistas a pescar a la Patagonia. Y estas son todas ideas que no hubiese tenido de no haber vivido aquí.
Normalmente cuando hablamos de inmigración y Canadá nos referimos a los beneficios que trae el inmigrante a este país, y entre esos beneficios hay nuevas técnicas que enseñan ellos a la población canadiense, también hablamos de los inversionistas que vienen y traen dinero, y hablamos igualmente de cultura, más específicamente de innovaciones de distintas culturas, etc. Pero muy pocas veces hablamos de los beneficios que obtienen las personas que residen aquí y que por algún motivo deciden regresarse a sus países de origen.
Yo creo que generalmente las personas que eligen regresarse a su país de nacimiento son pocas, y que son más las que lamentablemente, porque no son aceptadas en los procesos que tramitan en este país, terminan siendo forzados a regresarse a sus lugares de origen. Y como dije anteriormente, hay un sentimiento como de duelo, donde la gente piensa que va a regresar a un país dónde va a estar mucho peor que aquí en Canadá, sobre todo en el área económica.