Durante los últimos meses, una de las preguntas más frecuentes que me han estado haciendo a través de todos los medios posibles (por teléfono, por correo electrónico y en los programas de radio en los que participo) es cuánto tiempo se van a tardar los trámites migratorios. Por ejemplo, cuánto se va a una extensión, un caso de matrimonio, o me dicen: “mi esposa se hizo los exámenes médicos hace ocho meses y aún no le llega la residencia permanente”, etc., etc., etc.
Y por desgracia la respuesta que generalmente les tengo que dar es que no se los puedo decir ¡porque nadie lo sabe! Lo único que sí podemos decir es que los tiempos estándar que manejábamos antes de que comenzara la pandemia ya no existen.
Tenemos que partir de la base de que, debido a la pandemia, así como muchos de nosotros hemos tenido que dejar de trabajar en nuestras oficinas, los Oficiales de Inmigración también son seres humanos que pueden ser contagiado del COVID-19, y por tanto con ellos se han tomado las mismas medidas que se han tomado con el resto de la ciudadanía.
Esto significa que el Departamento de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía ha estado funcionando con un déficit de oficiales altísimo. Por ejemplo, hay estimaciones del porcentaje de oficiales que no estuvieron trabajando ni siquiera desde la casa. Los Oficiales de Visa, para citar un caso, un 39 por ciento fuera de Canadá estuvo ausente de sus trabajos, mientras que dentro de Canadá dicho porcentaje fue del 20 por ciento durante la pandemia. Y, además, el resto de los empleados tanto en los consulados como en Canadá estuvo trabajando bajo las restricciones del COVID.
Además, debemos recordar que durante aproximadamente seis meses en el Departamento de Inmigración se trabajó únicamente en la repatriación de los residentes permanentes y ciudadanos canadienses que se habían quedado estancados en el extranjero, así como también en asegurar que los trabajadores temporales esenciales pudieran llegar a Canadá precisamente para ayudar a combatir la pandemia.
En este sentido, tuvimos alrededor de 8 a 10 meses en que los expedientes regulares no se procesaron, y para aumentar el atraso, el Departamento de Inmigración continuaba recibiendo solicitudes de matrimonio, de ciudadanía, de refugio, de trabajadores temporales, de trabajadores calificados, de estudiantes internacionales, etc., por lo que a los casos atrasados por la pandemia tenemos que aumentarle también todos los casos nuevos que se han estado sumando a ese inventario de solicitudes atrasadas.
Para dar un ejemplo, el nuevo programa piloto de “caregivers” que comenzó a funcionar en el 2019, desde que inició ha recibido 4,296 solicitudes ya sea para el cuidado de niños como para el cuidado de enfermos y ancianos, y de hecho, solamente a 400 de estas personas se les ha dado el permiso de trabajo, de acuerdo con las estadísticas del gobierno canadiense.
También, en julio del 2020 había un inventario de 43,250 casos de matrimonio y de parejas en unión libre, y el número de personas que han sido procesadas hasta el final ha sido mínimo. De hecho, la oficina de procesamiento de Mississauga, que es donde se reciben todos los casos de patrocinio que se hacen desde dentro del país, ha estado en confinamiento desde noviembre del 2020, y cuando algunos abogados han preguntado qué es lo que está pasando, particularmente con las apelaciones de matrimonio (porque una vez que una persona hace una apelación de un caso de familia a la división de apelación de inmigración el Departamento de Inmigración tiene que mandarle una copia del expediente al cliente, y otra copia a la Dirección de Apelaciones), la respuesta que han dado es que los expedientes están guardados en cajas hasta que cambie la situación del COVID.