Por: Vilma Filici
Actualmente hay más de 70 millones de personas desplazadas en el mundo. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), está pidiendo al mundo que muestre una mayor solidaridad para ayudar con la crisis humanitaria.
Las cifras de 2018 para las personas desplazadas en todo el mundo son las más altas observadas en casi 70 años. Este es el número más alto desde la Segunda Guerra Mundial. El informe anual de ACNUR “Tendencias globales”, que se publicó a fines de junio de 2019, muestra que 70.8 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y ahora están desplazadas. Este es un aumento increíble de 2,3 millones de personas más que hace un año.
Aunque esta cifra es alta, aun no tiene en cuenta el número total de personas desplazadas que se tienen que agregar al total. Por ejemplo, Venezuela tuvo el mayor número de nuevas solicitudes de refugio en 2018, pero todas las cifras de Venezuela aún no se han incluido en los totales de 2018.
El ACNUR está viendo una tendencia creciente de personas que necesitan protección contra la guerra, los conflictos y la persecución. Los más de 70 millones de personas desplazadas se componen principalmente de tres grupos:
- El primer grupo son los refugiados, que son personas que se ven obligadas a abandonar su país debido a conflictos, guerras o persecuciones.
- El segundo grupo son los solicitantes de refugio, que son personas que están fuera de su país de origen y que reciben protección internacional mientras esperan las decisiones sobre sus solicitudes de refugio.
- El tercer grupo, que es el grupo más grande, son personas desplazadas internamente, es decir personas desplazadas dentro de sus propios países.
El número de personas que se convierten en desplazadas está creciendo más rápido que las soluciones para hacer frente a la crisis de los desplazados. La mejor solución para los refugiados es que puedan regresar a sus hogares voluntariamente, pero solo si es seguro hacerlo.
Según lo declarado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Filippo Grandi:
“Con cada situación de refugio, donde sea que ésta se dé, por mucho tiempo que esté sucediendo, tiene que haber un énfasis en las soluciones duraderas y en eliminar los obstáculos para que las personas puedan regresar a sus hogares… Este es un trabajo complejo en el que el ACNUR participa constantemente, pero lo cual también requiere que todos los países se unan por un bien común. Es uno de los grandes retos de nuestros tiempos”.
Como se mencionó en el Informe de UNCR, existe una gran brecha entre la necesidad de los refugiados y los recursos disponibles. Una de las tendencias observadas es que los países más ricos no están dispuestos a apoyar a los desplazados.
En diciembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el Pacto Mundial sobre los Refugiados. El énfasis del pacto mundial es promover la cooperación internacional para enfrentar la crisis mundial de refugiados. En esencia, los países más ricos que reciben menos refugiados deben aumentar su apoyo a los países que reciben un mayor número de refugiados.
Esto creará una responsabilidad internacional compartida. Y se pide a más países que abran sus puertas a los refugiados que necesitan reasentamiento. Esta necesidad es urgente para las personas que simplemente no pueden regresar a su país de origen.
El caso de Venezuela demuestra la necesidad del Pacto Mundial sobre los Refugiados. Se informa que más de 3,4 millones de personas huyeron de Venezuela hacia los países vecinos, incluidos Colombia, Perú, Ecuador y Brasil. La solidaridad mostrada al pueblo venezolano por algunos países latinoamericanos ha sido excelente, pero ahora la comunidad internacional debe ayudar a apoyar a estos países anfitriones.
Si bien ha habido un flujo de generosidad y solidaridad por parte de las comunidades para las personas desplazadas, todavía hay mucha división y necesidad de solidaridad y ayuda humanitaria.
El ACNUR declaró que “debemos aprovechar estos ejemplos positivos y redoblar nuestra solidaridad con los miles de personas inocentes que se ven obligadas a huir de sus hogares cada día”.
El reciente arresto de la capitana de un barco alemán, Carola Rackete, quien desafió una ley bárbara italiana al llevar a 42 inmigrantes que rescató de la costa de Libia a la isla mediterránea de Lampedusa, es un ejemplo de las peligrosas opiniones en contra de los refugiados que se difunden alrededor de mundo.
La capitana Rackete debe ser elogiado como una heroína por salvar 42 vidas humanas en lugar de ser arrestada y multada. En sus propias palabras: “Las vidas de las personas son más importantes que cualquier juego político”.
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