Centenares de trabajadores migrantes, defensores de los derechos humanos y público en general provenientes de diversas ciudades del país, marcharon el fin de semana por las calles de Ottawa para pedir al gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau que le otorgue la residencia permanente a centenares de miles de personas que viven sin estatus en Canadá.
Los manifestantes explicaron que, sin un estatus migratorio permanente, tanto las personas indocumentadas como también los trabajadores temporales, los solicitantes de refugiados y los estudiantes internacionales no pueden tener acceso a todos derechos laborales básicos, a la atención médica completa y a la educación.
Según datos proporcionado por la organización Migrant Workers Alliance for Change, al menos 1 de cada 23 personas en Canadá (es decir más de 1,6 millones) son residentes no permanentes que viven en el país gracias a permisos de estudio, de trabajo o humanitarios, o simplemente carecen de documentación y caen en la categoría de indocumentados. Y explican que muchos de estos migrantes están excluidos de la atención médica universal, del acceso a ayudas económicas de emergencia y del trabajo decente, además de estar, muchos de ellos, separados de sus familias.
Hay que recordar que abril de este año el Ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá anunció un nuevo camino hacia la residencia permanente para más de 90,000 trabajadores esenciales temporales y graduados internacionales, no obstante, los organizadores de la marcha dijeron que esos programas son de corto plazo y excluyen a demasiadas personas, y que por lo tanto es necesario un programa permanente que sea más incluyente.
Los manifestantes denunciaron también que Canadá duplicó sus rechazos de solicitudes de residencia permanente por razones humanitarias y de compasión, pasando del 35 por ciento (de 10,600 solicitudes) en el 2019 al 57 por ciento (de 11,000 solicitudes) en el 2020, y a casi el 70 por ciento (de 9,000 solicitudes) presentadas entre enero y marzo de este año 2021. Esa tendencia, dijeron, es una preocupación muy grave ya que afecta de manera desproporcionada a los migrantes racializados y de bajos ingresos.
Hace varios años, una coalición de organizaciones dio a conocer una investigación acerca de las personas indocumentadas que vivían en Canadá. La investigación, que fue financiada por la Labour International Union of North America, LIUNA Local 183, y que fue publicada en el año 2005, llegó a la conclusión de que en el país había entre 300 y 500 mil personas indocumentadas. A la fecha de hoy, diversas fuentes plantean que ese número puede andar un poco arriba del millón de personas.
Lo que suele suceder es que muchas personas que llegan con visas de turista, una vez que esta se les vence, deciden quedarse en el país. Lo mismo pasa con personas que después de haber perdido su caso de refugio decidieron quedarse, y también es el caso de estudiantes internacionales que se quedaron tras haber terminado su carrera.
Desde el 2015 también ha sido el caso de miles de trabajadores temporales que en ese momento aun tenían permiso de trabajo, pero que decidieron quedarse, aunque fuera de forma indocumentada ya que ese año empezó a funcionar la nueva normativa que establecía que después de cuatro años de trabajar en Canadá, ciertos trabajadores no podían renovar su permiso de trabajo.
Pero durante los últimos años, y particularmente en el desarrollo de las campañas electorales, una de las cosas que ha quedado clara es que no habrá amnistía para los trabajadores indocumentados. Eso es lo que se desprende de los planteamientos hechos por los representantes de los diferentes partidos políticos.
La explicación que siempre ha dado el partido en el gobierno en turno es que dar una amnistía fomentaría el mismo problema que están tratando de solucionar. Los gobiernos temen que al dar una amnistía las personas recibirán la falsa idea de que esa es la manera de llegar a Canadá, y que por tanto creará la situación ideal para que se repita el problema.