(Foto: Matthew Cooksey en Unsplash / Saqib Ameen en Unsplash / Erik Mclean en Unsplash)
Esta semana ha sido noticia en los medios canadienses el caso de una mujer de origen mexicano que ha sido acusada de presuntamente reclutar ciudadanos mexicanos en Canadá y robarles sus salarios. Luz Adriana González Valbuena, de 40 años, de Toronto, enfrenta 12 cargos, incluidos tres cargos de trata de personas.
En un comunicado de prensa, la policía dice que los investigadores creen que la acusada reclutó a los ciudadanos mexicanos “con la promesa de venir a Canadá por trabajo y vivienda”, pero una vez estos llegaron al país les confiscó y retuvo los documentos de viaje y los alojó en varias casas de la ciudad de Toronto.
“Ella explotó el estatus migratorio de las víctimas en Canadá. Facilitó el empleo de las víctimas y embargó significativamente sus salarios”, explicó la policía, agregando que incluso “la mujer agredió y amenazó a por lo menos una de las víctimas”.
La mujer fue arrestada el pasado 6 de julio luego de la ejecución de dos órdenes de allanamiento en el área de York Mills Road y Bayview Avenue, y en el área de Birchmount Road y Lawrence Avenue, y la policía dice que los investigadores se han puesto en contacto con más de 40 posibles testigos y víctimas hasta el momento, pero siguen preocupados de que aún pueda haber más víctimas.
“A la policía le gustaría alentar a todas las personas afectadas a que se presenten y denuncien los incidentes de trata de personas. Queremos asegurarnos de que todos tengan acceso a los servicios de apoyo y una estrategia de salida, independientemente de su decisión de proceder o no de manera penal”, dice el comunicado.
Lamentablemente este tipo de situaciones sucede con relativa frecuencia en nuestra comunidad. De hecho en mi oficina, durante los últimos meses, he recibido un par de casos que han sido victimas de la trata de personas. Tengo dos clientes en este momento que fueron seleccionaron desde su país de origen y los trajeron a Canadá con la promesa de que les iban a conseguir trabajo y el permiso de trabajo correspondiente para trabajar legalmente en Canadá.
Ya una vez aquí, les quitaron sus pasaportes, les hicieron este montón de promesas, y les dijeron que ya los trámites estaban en proceso y que podían empezar a trabajar porque ya habían recibido la notificación de que los permisos de trabajo fueron aprobados y que ahora solo tenían que esperar por los originales.
Con esa promesa, se llevaron un grupo a una provincia a trabajar en hogares de ancianos y de personas que estaban enfermas, y a hacer limpieza sanitaria. Pero lo que sucedió luego es que hubo una discusión entre 2 personas y llegó la policía, y cuando llegó la policía descubrieron que había una alta cantidad de jóvenes que estaban indocumentados y que por tanto laboraban sin tener permiso de trabajo.
Los cuestionaron y ellos dijeron lo que estaba sucediendo, que les habían dicho que los permisos de trabajo estaban en proceso, etc. Por suerte a estos jóvenes la policía no les hizo nada sino que se fueron directamente en contra de la mujer.
A los jóvenes, la policía les dijo que trataran de regularizar su estatus porque lo que estaban haciendo era ilegal, pero por suerte no llamaron a la Agencia de Servicios de Frontera de Canadá (CBSA, por sus siglas en inglés) ni les hicieron cargos. Estoy hablando de un grupo de aproximadamente 30 jóvenes.
Ellos siempre me preguntan cómo es posible que esta mujer siga trabajando, y la respuesta es que seguramente la policía está haciendo una investigación, porque deben tener todo bien documentado antes de hacerle cargos.
Por suerte ya estamos trabajando en el caso de estos jóvenes y estamos tratando de regularizarles el estatus. Todavía tienen vigente sus visas de visitante, por lo que mientras no trabajen no están haciendo absolutamente nada ilegal.