El vino con el paso del tiempo se mejora; Esmeralda Enrique con el paso de sus 30 años de vida artística no sólo ha mejorado, sino que sus movimientos, su elegancia, su bamboleo y su dominio del flamenco han hecho que esa gota de agua en el cristal, esa ola llegando a la orilla, nos haga agua la boca por más y más de su arte en ese estanque ondulante de su magistral presentación: AGUAS.
Este espectacular performance, que es parte de la Serie Harbourfront Centre's NextSteps fue presentado este fin de semana, y duró del 19 al 22 de abril en el Fleck Dance Theatre, la Compañía de Danza Española de Esmeralda Enrique celebró sus 30 años de vida artística. ¡Y qué celebración disfrutamos!
El programa tuvo como nombre “Aguas/Waters”, melodías tituladas: Mar, Río del Tiempo, Torrente, Se me hace la Sangre Agua, Arroyo de Miel, De los buenos Manantiales invitaban a la audiencia a evocar una imagen acuática. Tengo que admitir que ante ojos no inmersos en el mundo de la danza pero sí admiradores del flamenco, el trabajo de imaginación tuvo que entrar a tallar profundamente. Lo que ayudó a mantener el enfoque del agua fueron los estupendos efectos visuales proyectados tanto detrás de un telón traslúcido como sus reflejos en el suelo; así vimos olas que llegaban a la orilla de la playa, una efervescente espuma que venía desde el mar abierto, gotas de agua cayendo sobre algún cristal o de las ramas de algún arbusto, barquitos de papel flotando en un estanque de aguas onduladas; manteniendo el efecto húmedo en todas las presentaciones.
Cada uno de los números de danza y canto magistralmente interpretados por Esmeralda Enrique, Paola Cortés, Angela Del Sol, Ilse Gudiño, Noelia La Morocha y Juan Ogalla deleitaron al público que los vitoreaban con sentidos Olés y Arzas a lo largo de la actuación. El cantaor El Niño de Elche contagiaba entusiasmo con su voz, al igual que Manuel Soto y el marco musical conformado por excelentes músicos destacando a Oscar Lago, Nicolás Hernández, Rosendo”Chendy” León y Chris Church. Este último destacado violinista quien con Torrente hizo hablar a su violín acompañado de un singular tambor africano llamado Udu, originario del pueblo Igbo en Nigeria. Este singular instrumento me llamó tanto la atención que investigando un poco puedo compartir que se trata de una especie de jarra de agua con un agujero adicional, es hecho de arcilla y que al tocarlo produce un sonido de bajo especial, es golpeado rápidamente y en distintos lugares de la vasija para producir unos sonidos bajos y agudos, verdaderamente muy singulares. El cajón de origen peruano no se hizo extrañar y particularmente en la segunda parte, si mal no recuerdo en La Ribera, Chendy se lució tocándolo.
El fascinante bailaor Juan Ogalla cautivó a la audiencia con sus poses de torero, su zapateo, que a falta de castañuelas en esta presentación, retumbó el silencio del teatro donde el admirado y embelesado público disfrutó de un taconeo y desplazamiento flamenco tal que dejaba a más de uno con la respiración contenida. Supo estar en comunión con los presentes, con los músicos, las bailaoras y por supuesto con Esmeralda convirtiéndose ambos en la pièce de résistance.
Los bailes con los coloridos vestidos de trenes largos con volantes, pateados con una destreza gimnástica, las manos adornándose cual molinos de viento, los abanicos, los chales, la escenografía y el trabajo de los equipos de iluminación, los efectos visuales, la producción y administración pueden estar muy satisfechos de haber preparado una magnífica presentación de celebración de las 3 décadas de la Compañía de Danza Española de Esmeralda Enrique, ¡Enhorabuena!
Texto: Lita González-Dickey
Publicado: 27 de abril, 2012.
