Yo no soy de aquí, pero tú tampoco
de ningún lado del todo y, de todos
lados un poco…
Jorge Drexler
Emigrar a otro país, usualmente no es un camino fácil, requiere de un proceso duro y complejo de reorganización y cambio a muchos niveles, en el cual se tocan áreas muy sensibles de la vida de una persona. El migrante muchas veces llega lleno de esperanza, sueños y expectativas de un futuro mejor en Canadá, y aquí se encuentra en mayor o menor medida con frustraciones, miedos, impotencia, incertidumbre y múltiples perdidas.
En esta nota G&R Wellness Services, expertos en Psicoterapia Individual, para parejas y recién llegados en Toronto, nos explica por qué es importante la psicoterapia cuando estás en un nuevo país como Canadá.
Las razones de dejar nuestro país son muy variadas y cada experiencia de migración es única. Hay personas que vienen por elección, con un plan elaborado, con recursos económicos para hacer frente a un periodo de inestabilidad; otros no eligen venir, vienen huyendo de un peligro concreto que amenaza su vida, teniendo que dejar toda una historia atrás.
Me atrevo a decir que todos, en mayor o menor medida nos encontramos con múltiples barreras que directamente nos confrontan nuestra identidad y nuestra entereza, y entonces nos preguntamos ¿realmente encontraremos lo que veníamos a buscar a Canadá?
Emigrar implica un duelo, una pérdida de una vida que conocíamos y que nos era fácil de entender y navegar. Implica la perdida de la familia, de amigos, del idioma, de la comida, de las costumbres, de nuestra identidad profesional y étnica.
A veces, para algunos, ésta perdida incluye la expectativa idealizada de Canadá, como la tierra prometida, como el mejor país, o el lugar en donde por fin voy a encontrar la “felicidad”, la “estabilidad económica”, la “seguridad”, etc… La inmigración a Canadá desde nuestros países pareciera algo fácil y muy deseado por muchos, pero la realidad es que también conlleva ciertos costos emocionales sobre todo durante los primeros años de migrar.
En un estudio realizado y publicado por el Gobierno de Canadá (1), en 2012 sobre la salud mental y el bienestar de nuevos migrantes en Canadá, se arrojan datos confrontantes para el lector. El estudio afirma que la salud mental de los inmigrantes recién llegados es mejor que la de otros grupos vulnerables en Canadá, pero que se deteriora durante los primeros años de migración a causa del estrés del proceso de asentamiento y a las múltiples barreras sociales y profesionales que los migrantes enfrentamos.
Pero no todo es obscuro, también el proceso de migración puede ser un proceso que nos muestra nuestra fuerza y resiliencia, nos demuestra de lo que somos capaces, nos ayuda a reinventarnos y llenar esos espacios con nuevas vivencias que nos enriquecen y nos conforman de manera muy distinta.
La migración efectivamente puede llegar a ser un proceso de profundo crecimiento. Al pasar de los años, muchos migrantes que pasaron por el proceso duro y continuaron con el impulso necesario para continuar su viaje, encuentran en Canadá, un lugar que aunque no es perfecto, es una tierra fértil en donde efectivamente se pueden construir los sueños y tener una muy buena calidad vida llena de satisfacciones y bienestar individual, familiar y social.