El máximo propósito del gobierno de una ciudad debe ser proveer la mejor calidad de vida posible a sus ciudadanos. “Calidad de vida”, esas tres palabras resumen el principal objetivo que todos los candidatos a alcalde deben tener en la mira para diseñar una visión para el futuro de Toronto.
Sin embargo, me sorprende escuchar esas palabras con tan poca frecuencia en esta campaña electoral hacia las elecciones municipales del 27 de octubre. Aún más, me sorprende que el electorado no se involucre más y presione a los políticos para que traten este tema. Como miembros de una comunidad democrática y participativa, es nuestro deber entender dos cosas importantes antes de ejercer nuestro derecho al voto: número uno, el rol del gobierno y número dos, la naturaleza del poder.
A nivel municipal, el gobierno tiene un mandato muy claro: crear las condiciones ideales para que la sociedad pueda vivir en paz y prosperar a nivel colectivo para alcanzar un mejor nivel de vida. Dentro de ese mandato, están principalmente: mantener el orden público y la seguridad, ofrecer un nivel óptimo de vialidad para todos los medios de transporte público y privado, administrar los espacios públicos para que sean usados por la comunidad y administrar los ingresos tributarios y la deuda pública, entre otras cosas. Con eso en mente, debemos exigir que los líderes que se postulan para administrar esas responsabilidades en nombre de los ciudadanos, tengan una visión clara para el futuro de Toronto donde se ponga como absoluta prioridad mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.
La segunda parte de nuestro deber cívico está en entender los conceptos básicos de la distribución de poder en nuestra sociedad, sobre todo a nivel local. Es importante entender el alcance del poder de nuestros servidores públicos, pero también es importante entender nuestro poder como electorado y como ciudadanos independientes para no dejarnos comprar por la propaganda política. A pesar de que el alcalde tenga tan sólo un voto de 44 en el parlamento municipal, es vital comprender que al votar por un candidato a alcalde también estamos votando por el mandato que ese candidato propone. Por ejemplo, John Tory se está postulando para alcalde bajo la premisa de construir 3 estaciones de metro en Scarborough, en contra del consejo de todos los expertos en ingeniería de transporte y diseño urbano. A mí me cae bien John Tory, me parece que es un excelente orador y un buen líder, pero no estoy de acuerdo con su posición en este tema tan crucial y sé que si votaría por él, le estaría dando una luz verde más para que él ejecute su mandato, con el cual discrepo.
Eso me trae al poder del voto. Mucha gente piensa que el sufragio es insignificante porque el electorado es muy grande, pero eso no podría estar más lejos de la verdad. Mediante el voto, uno entrega el poder de su voz ante la comunidad a otra persona. Para mí, ¡eso es muy importante!, yo no le daría mi voz a alguien quien no representa, aunque sea de manera parcial, mi ideología y visión para la sociedad a la que pertenezco. Hay mucha gente que no entiende el poder que tiene su voto y lo entrega, como se diría coloquialmente, “así nada más”. Por ejemplo, si 400 mil personas le dan su voto a John Tory, le están entregando el poder de hablar por 400 mil personas, y le están dando el poder de usar esas 400 mil voces como palanca para afianzar su proyecto político.
Hablo de John Tory porque es un buen ejemplo para demostrar algunas cosas que están mal con la manera en que la sociedad percibe el proceso electoral y el derecho a sufragar. He visto que mucha gente está dispuesta a votar por Tory sólo porque es el mejor posicionado para destituir a los hermanos Ford del poder. Si deciden votar, háganlo pensando en su calidad de vida y como ésta se verá afectada con la propuesta de cada candidato. Si votan por Tory, háganlo porque están de acuerdo con su propuesta y su visión de la ciudad, no por estrategia o porque se dejan comprar por su propaganda política. A pesar de que yo sea un gran opositor del proyecto político y de la actitud polarizadora de los Ford, no estoy de acuerdo en votar por un candidato simplemente porque los puede destituir, mi conciencia no me lo permitiría.
Creo fundamentalmente en la democracia y en lo que representa el poder del voto. Aunque suene utópico, prefiero pensar que suficientes personas si votarían como lo haría yo: con conciencia, visión y entendimiento de la propuesta política de cada candidato.