Si supiéramos cuántos beneficios físicos, mentales, emocionales y espirituales tiene el andar al aire libre y estar contacto directo con la naturaleza, ¡nos pasaríamos el día entero afuera con nuestros niños! La Tierra es esa casa inmensa que nos aloja a todos y que tenemos que cuidar porque, siendo realistas, es el único planeta que tenemos y es el futuro de nuestros hijos, nietos, y de allí en adelante, de toda la humanidad.
Por todos estos motivos, es importante enseñarles a los niños, prácticamente desde que nacen, a amar, disfrutar, apreciar y cuidar la naturaleza y el planeta.
Haz que los niños pasen la mayor parte del tiempo de juego al aire libre: ¡hay datos alarmantes que indican que los niños de hoy pasan al aire libre en promedio la mitad del tiempo que los presos! (solo una hora diaria versus dos horas de los internos de las prisiones). La tecnología consume todo su tiempo libre y se están perdiendo de muchas cosas maravillosas como jugar en los parques, ver las flores, las ardillas, los patos y ¡ensuciarse! Siempre podrás bañarlos y lavar la ropa después, pero esas actividades en la naturaleza los hará niños felices, libres, activos y sanos.