Tradiciones Latinas: celebrando las Posadas Navideñas

Una tradición en la comunidad hispana para preparar nuestro cuerpo y espíritu para la Navidad
De Nuestra Redacción
Toronto · Publicado el: 7 noviembre, 2014

Hablar de tradiciones navideñas de Latinoamérica es, sin duda alguna, tener que referirnos a una de las celebraciones más populares y difundidas: Las Posadas, que son las festividades que recuerdan el peregrinaje de la sagrada familia en busca de un hogar para esperar el nacimiento del niño Jesús. Según la tradición, las Posadas se desarrollan durante nueve días antes de la Navidad, es decir, comienzan el  16 de diciembre y terminan el 24 de diciembre.

Se trata de una festividad muy celebrada por la comunidad latina de México, y otros países de la región como Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, entre otros. Las posadas nos recuerdan la jordana de María y José en busca del lugar en el que nacería Jesucristo. Por lo tanto, podemos considerar a esta festividad como una manera para preparar nuestro cuerpo y espíritu para la Navidad, ya que en nuestros corazones nacerá el Niño Dios.

En las posadas participan grandes y chicos, recreando la búsqueda de una posada para José y María, para ello se recitan cánticos mientras tocan las puertas. Algunas casas no los dejarán entrar, mientras que otros – haciendo de posaderos – les darán la bienvenida y los invitarán a ingresar al hogar. Como toda fiesta, no puede faltar el baile y la música. Además, todos se divierten pegándole a la piñata.

El origen de las posadas se remonta a la Conquista Española:

Los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos por lo que realizaban una serie de ofrendas y celebraciones, salían a las calles cantando y bailando. En diciembre también se realizaba las fiestas en honor a Huitzilopochtli en todas las casas, se ofrecía a los invitados una rica comida mientras esperaban la llegada del solsticio de invierno

Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristiano, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús el día de Navidad.

La Iglesia Católica autorizó la celebración de unas misas llamadas ‘Aguinaldos’ del 16 al 24 de diciembre, donde se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad y – para hacerlas más atractivas y amenas – se les agregaron luces de bengala, cohetes, villancicos y, posteriormente, la piñata.

Los nueve días simbolizaban a los meses de gestación de María, al término del peregrinaje los participantes recibían fruta y dulces como signo de agradecimiento por aceptar la doctrina de Jesús. Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

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