El teletrabajo ha pillado por sorpresa a mucha gente. Quienes sabían gestionar sus emociones en las relaciones presenciales, no siempre son capaces de manejarse en la era del contacto digital. ¿Qué habilidades se necesitan?
El trabajo a distancia no elimina las emociones; al contrario. En estos tiempos de aislamiento, temor e incertidumbre, gestionar adecuadamente las emociones es la única forma de mantener motivados a los equipos, continuar elevando su productividad y estar alerta del estado anímico de las personas que los integran.
Es preciso transmitir lo que queremos comunicar con asertividad, claridad, amabilidad, evitando los equívocos y malentendidos y que haga posible una comunicación fluida y eficaz, pero también que apuesten por la formación de líderes que sean capaces de…
Empoderar al equipo. Todo líder debe ser un entrenador que brinde apoyo emocional a cada miembro del equipo. De este modo, se crea un clima en el que la seguridad psicológica permite a las personas sentirse motivadas y capaces de afrontar riesgos: saben que no van a ser castigadas ni ridiculizadas si cometen errores, que pueden mostrar su vulnerabilidad, hacer preguntas, ser valoradas y tenidas en cuenta.
Fomentar la colaboración frente a la competición. Establecer una cultura de colaboración, donde todos se sientan apoyados y reconocidos en sus éxitos individuales y colectivos. Para ello, además, es preciso que entrene su empatía para mantener la cohesión, guiar las actuaciones corporativas y mejorar el desempeño.
Preguntar y escuchar activamente. Las personas quieren ser escuchadas; también, o más, cuando trabajan a distancia. Los líderes deben saber callar para escuchar las opiniones y los comentarios, sin interrumpir, solo haciendo preguntas que faciliten la respuesta abierta y sincera.