Alrededor de 20 miembros de las Fuerzas Armadas Canadienses sufrieron de congelamiento y algunos requirieron hospitalización, luego de una sesión de entrenamiento militar cerca de Petawawa, Ontario, la cual fue realizada a fin de mes cuando había una alerta de frío extremo vigente.
El 17 y el 18 de enero, casi 120 soldados con el Royal Canadian Dragoons participaron en un entrenamiento básico de supervivencia. Durante esas fechas la temperatura descendió a –31 °C.
Los soldados, parte de la vanguardia de la Unidad de Respuesta Inmediata (IRU por sus siglas en inglés), salieron por la mañana en una caminata de 12 kilómetros y regresaron al día siguiente después de pasar la noche afuera.
"Algunos soldados sufrieron de lesiones por congelación, y un número muy pequeño tuvo que ser hospitalizado debido a otras lesiones relacionadas con las bajas temperaturas", dijo el capitán de asuntos públicos Daniel Mazurek.
Mazurek indicó que el personal médico y las ambulancias estuvieron presentes durante toda la capacitación para brindar atención. Asimismo, aseguró que todos los casos fueron atendidos inmediatamente, que no se necesitaron amputaciones y que todos los soldados enviados al hospital han regresado a sus hogares o al trabajo.
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