Las metas son pasos en el camino hacia el éxito. Además, suponen desafíos que nos motivan a seguir mejorando como personas y a continuar creciendo como empresa. Tener metas es la mejor forma de no acomodarse, de no caer en la rutina, de salir de la dañina zona de confort.
El comienzo del año es el momento que la mayoría elige para fijarse nuevos retos. Unos toman la salida con ímpetu, pero se cansan pronto; otros continúan, aunque el camino se vuelva cuesta arriba, se bifurque o esté lleno de trampas. Estos son los que alcanzan sus metas. Son los líderes. ¿Cómo lo consiguen?
Fijan las metas
Empiezan por una reflexión y un conocimiento profundo de sí mismos y de la corporación en la que se integran. En primer lugar, analizan por qué quieren unas determinadas metas y no otras, si pueden hacerlas propias o son prestadas.
En segundo lugar, son exigentes, no se conforman con cualquier cosa, porque las metas resultan motivadoras y son decisivas en el camino de la superación. Ya lo decía Cicerón, "cuanto más grande es la dificultad, mayor es la gloria".
Sin embargo, los líderes equilibrados saben que no hay que poner el listón tan alto que sea inalcanzable: cuando uno se propone lo imposible, solo cosecha frustración.