El cielo tiene un angelito más, sin embargo acaba de dejar un vacío no sólo en sus familiares pero también en aquellos que llegaron a conocerlo aunque sea por unos instantes, y que se llevaron el recuerdo de aquella calidez que, aún con los estragos de la parálisis, se podía percibir emanando del alma del pequeño. En ningún momento su madre, familiares o el mismo Luisito se rindieron ante la fatalidad, muy por el contrario continuaron en una lucha aún más ardua para acabar con la enfermedad que postraba el cuerpo del niño a una cama.
Sin embargo, la gran batalla tuvo su fin el día de ayer por la noche, cuando los ojos de Luisito se cerraron para siempre debido a un paro cardiaco fulminante.
Desde hace ya varios años que el caso de Luisito no es extraño para los ecuatorianos y así también los residentes de Toronto, ya que los esfuerzos comunitarios representados por colectas y eventos para la recaudación de dinero se realizaron con la asistencia de gran cantidad de personas así como de figuras públicas y reconocidos artistas del medio. Tanto fue el esfuerzo de la familia, especialmente por parte del abuelo, el conocido ecuatoriano Gerardo Miniguano, residente de Toronto, por salvar la vida de su nieto, que dieron como resultado la creación de “Manos Unidas” una fundación para recaudar fondos para los tratamientos de Luisito así como actuar como una organización solidaria y ayudar a las familias en temas de la salud de sus hijos.
“Jamás quisieron reconocerlo, tampoco nos brindaron ningún tipo de apoyo, el gobierno actual solo nos brindó una ligera ayuda, ayuda instituida para todas las personas discapacitadas. No nos apoyaron para las medicinas y los gastos los tuvimos que hacer en forma directa". El abuelo de Luisito siempre estuvo en una lucha constante por obtener la justicia que se merecía su nieto ante la negligencia que mostraban las autoridades para con su caso.
Por otro lado y sobreponiéndose a la congoja, muestra agradecimiento a todos los que ayudaron a Luisito y a su familia. “Quiero primeramente resaltar la fortaleza de mi hija Alejandra Cecilia Miniguano Carranza, quien como madre hizo todas las gestiones para que el niño sea atendido. Nunca descansó para buscar alternativas de medicina y curar al niño, admiro su gran fortaleza, yo le llamo mi heroína. A Luis Gerardo, que siempre estuvo al lado de Alejandra, su hermana menor y de su mama Anita, así como de la Abuelita Marujita, de Carlitos y demás miembros de la familia. Gracias de todo corazón y perdonen no ponerles en la lista a todos porque de pronto me olvido algún nombre. De igual manera, quiero agradecer el apoyo formidable de mis hermanos y sobre todo de Anita, Carlos, de mi hermana Carmita y de mis demás hermanos como Beatriz, mi fallecida hermana Jhanett (que Dios la tenga a su lado) y todos en la familia y a mi madre Carmelina López. Un profundo agradecimiento a toda la gente, amigos y familiares en Ecuador, que de alguna manera estuvieron involucrados en el caso de Luisito.
De igual manera deseo expresar mi más sincero agradecimiento a los amigos de Canadá que trabajaron por Luisito. Un especial agradecimiento para los miembros de Manos Unidas, entre ellos quiero resaltar el apoyo de Yadira Marulanda, Teresa Prieto, Dennis Rankin, Agustín Bethacourt, Maritza Reyes, Betzabe Monterrosa, Estela Virginia Garcia, Germán Castaño, Germania Pico. De igual manera A Miguel Ruiz, como coordinador, a Fanny y Nelson Beltran, a mi compañera Mary Guevara y a sus hijas Bonnie y Valerie Villamarin, a Azucena Caiza.
Un agradecimiento muy especial para los amigos de Toronto Hispano, gracias amigos por estar siempre pendientes de mi nieto Luisito, por haberme dado su apoyo en los eventos a su favor. Así también se agradece a todos los artistas que apoyaron a Luisito y participaron en los eventos de Manos Unidas. Gracias a Mario Guilombo de los Derechos Humanos, a la Asociación de Ecuatorianos en Ontario, al grupo Ventanita de la Sra. Betty Loor, y a todos los grupos de ecuatorianos de Ontario, amigos de Manos Unidas, que al momento me perdonan si no los nombro.”