¿Cuántas veces has escuchado frases como "con quién te vas" o "haz las tareas aquí, para que yo te vea"? Sabemos que los padres necesitan mantener el control sobre sus hijos, como una especie de protección, aunque a veces no son capaces de actuar con equilibrio. En estos casos, los más pequeños sienten la falta de libertad, sobre todo en la adolescencia. Así son los padres helicópteros que crían niños-burbujas.
La revista norteamericana "Slate" realizó una encuesta entre más de 6,000 padres para conocer los hábitos que permitían a sus hijos. La conclusión fue que le entregaban mucha menos libertad que la que tuvieron ellos mismos de niños. ¿El resultado? Carencias de autoestima, de responsabilidad y de independencia.
Entonces, ¿ejercemos una buena influencia? Un estudio realizado por Digital Awareness UK y Headmasters asegura que el 36% de los hijos de entre 11 y 18 años piden a sus padres que dejen de usar el celular. Lo peor de todo es que el 46% asegura que sus progenitores ignoran sus peticiones. Verdaderamente, ¿es más importante mirar los emails o las redes sociales que atender a la familia? Por lo visto, a veces creemos que sí, porque el 10% de los padres aseguraron que el uso de los dispositivos no molesta a sus hijos.
¿Qué podemos hacer entonces? Apoyar a los pequeños y enseñarles habilidades que puedan ayudarles a enfrentar el difícil mundo en el que vivimos. Investigadores de las universidades de Pennsylvania y Duke descubrieron que existe una relación entre las habilidades sociales y nuestro crecimiento. Para ser más exactos, estudiaron a alumnos desde la guardería hasta 20 años después, y hallaron que los que destacaban por su compañerismo, inteligencia emocional y autonomía en la infancia, después fueron más propensos a alcanzar un título y un empleo exitoso.
También es importante crear una fuerte relación entre padres e hijos durante los primeros años. Un estudio de la Universidad de Illinois encontró que los niños cuyos padres tienen grandes conflictos, tienden a desempeñarse peor que los que disfrutan de progenitores con relaciones saludables.
Como dice el publicista norteamericano Michael Levine, "tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista". Esfuérzate por convertirte en un buen padre o madre. Crecer emocionalmente es un camino largo y difícil. En ese empeño, tus hijos te necesitan.