La pandemia de COVID-19 en Ontario llevó a que las autoridades decidieran ordenar el cierre de todos los negocios consideramos como no esenciales con la finalidad de detener el brote de esta enfermedad que aún padece la provincia. Hoy en día, cuando no encontramos viviendo los primeros pasos de una segunda ola de contagios la preocupación abordó a los dueños de negocios que recién están saliendo del momento crítico por el que atravesaron al verse detenidas sus operaciones.
Pero hay una buena noticia en todo esto, que ha sido respaldada por las autoridades de la provincia, como el Premier Doug Ford o la ministra de Salud Christine Elliott, quienes en diversas oportunidades han comentado que no se considera regresar al cierre total similar al asumido a principios de epidemia.
¿Las razones? Son las siguientes 4:
1- Sería un golpe demoledor para la economía
Ford ha comentado que los miembros de la mesa directiva de la salud tienen en consideración los impactos económicos que dejó el cierre total de negocios "no esenciales" en la provincia. No solo a nivel monetario, sino también en el ámbito de la salud mental, pues generó estrés y otras condiciones mentales a considerar.
"El Dr. Williams entiende que la salud es una prioridad y que la economía está ahí; la salud es la número uno, la economía está a su lado", dijo Ford ante los medios. Asimismo mostró preocupación por los propietarios de pequeñas empresas que "se agarran de las uñas", enfatizando que es importante mantener a la gente sana, pero también mantener la economía en movimiento.
2- Ya se han tomado medidas restrictivas eficaces
Un cierre total se entendería como medida de precaución si en la provincia no estuvieran vigentes ya algunas iniciativas que ayudan a controlar y reducir el número de contagios. Este no es el caso pues existen ordenanzas que se han emitido con el único propósito de frenar la propagación del COVID-19 en Ontario.
En Toronto, específicamente, se deben usar cobertores faciales dentro de todos los establecimientos minoristas y se mantienen registros estrictos de rastreo de contactos para bares y restaurantes. Además el uso del uso obligatorio de mascarillas, los límites de las reuniones sociales se redujeron recientemente de 50 personas en el interior y 100 al aire libre a solo 10 y 25.