Voy a empezar asumiendo que si están leyendo esto y están en Canadá, se habrán enterado del escándalo que surgió la semana pasada debido a las acusaciones de abuso sexual contra Jian Gomeshi por varias mujeres que han optado por el anonimato. Primero empezaré por admitir que escucho con mucha frecuencia “Q”, el show que protagonizaba Gomeshi hasta la semana pasada, y, aunque no me guste utilizar esta palabra, se puede decir que soy un “fanático” suyo. Jian Gomeshi es uno de los mejores anfitriones de radio que he escuchado, y “Q” es uno de mis programas favoritos. Sin embargo, seré totalmente objetivo acerca de los eventos ocurridos la semana pasada y las acusaciones que han surgido desde que se desató el escándalo, aunque, tomaré una perspectiva muy distinta que la mayoría de los críticos.
Para mí, la manera en cómo se han desarrollado los hechos ocurridos en la última semana y media desde que la CBC pidiera la renuncia inmediata de su anfitrión estrella, ha sido completamente injusta y lamentable. Mi crítica principal va dirigida a los medios de comunicación, quienes parecen ser los jueces y jurado de la sociedad, determinando la buena o mala fortuna de todo aquel o aquella que se les cruce por delante.
Si estas mujeres, que están detrás del anonimato, han sido de verdad víctimas de un crimen por parte de Gomeshi, entonces definitivamente tienen mi apoyo, y estoy seguro que también cuentan con el apoyo de la mayoría de la gente en esta ciudad. Sin embargo, el acusar a un hombre a través de los medios de comunicación y escondiéndose detrás de un artículo de un periódico me parece equivocado. No se puede tratar de castigar un crimen a través de la difamación pública, es como tratar de curar Cáncer con Cirrosis. Si estás dispuesta a presentar acusaciones que muy probablemente van a arruinar la vida de una persona, por lo menos ten el valor de salir del anonimato y enfrentar la situación.
Cómo residente de esta ciudad y radioescucha de la CBC, creo que este caso debería estar únicamente en manos de la ley. Si existió abuso físico, verbal o sexual por parte de Gomeshi hacia las supuestas víctimas, pues entonces este individuo debe responder ante la ley y nadie más. Afortunadamente, estamos en un país en donde podemos contar con un sistema de justicia independiente y transparente, donde hay libertad de expresión, y donde existe protección al individuo ante la persecución; no hay excusa para no seguir la vía correcta.
El rol de la libertad de expresión en una democracia es fundamental, pero no hay que confundir libertad de expresión con abuso de poder. Los medios de comunicación son una parte importante de nuestra sociedad; su deber es el de informar a la gente, no el de manipular la información para su propio beneficio. Afortunadamente, en Canadá los medios de comunicación cumplen su rol de informar con mucho más transparencia y profesionalismo que en Estados Unidos, sin embargo después del manejo de los múltiples escándalos de Rob Ford y ahora el de Jian Gomeshi, me queda claro que cada vez nuestros medios de comunicación se parecen más a los de nuestros vecinos: mucha farándula y poco periodismo.
