¡El Sol Brilló en Toronto!! y no solo me refiero al luminoso y cálido día que tuvimos. El Sol de México, Luis Miguel llegó a la Toronto para llenar de recuerdos, memorias y clásicos a varias generaciones que, hasta el día de hoy, se saben sus melodías. El artista se presentó en el Budweiser Stage en un concierto organizado por Live Nation el pasado 7 de junio, 2018.
Luis Miguel ha sido un artista internacional que ha derribado barreras, que ha sido una influencia latinoamericana a nivel mundial y un icono en la cultura mexicana, un personaje que ha dejado un legado en su tierra y en el mundo entero y cuyo tránsito por el mundo musical nos ha dado tintes de pop, jazz,boleros, mariachi, baladas entre otros.
Comenzando su trayectoria desde temprana edad y ganando premios desde los quince años con aquel clásico Me gustas tal y como eres , interpretado con la cantante escocesa Sheena Easton, la chispa y carisma siempre ha sido su firma en el transitar del cantante. Ese sello distintivo que ha sabido mantener a través de los años, al grado de que las nuevas generaciones saben quien es Luis Miguel, y su historia incluso tiene una serie.
Fue increíble percibir la emoción de la gente desde que entraban al recinto, y eso sin mencionar que fue día de elecciones en Ontario. En fin, el lugar se estaba llenando desde temprano, todos esperando que el artista apareciera pronto.
Alrededor de las 9 pm comenzó el sonido y la emoción de la gente se incrementó, culminando el momento con la silueta del artista a través de la cortina. Era él. En vivo y a todo color para todos sus fans.
Su repertorio comenzó con clásicos como Amor, Amor,Amor, Devuélveme el amor, Por debajo de la mesa, No se tu, Un hombre busca una mujer, Culpable o no, Amante del amor, Más allá de todo, Fria como el viento, Tengo todo excepto a ti, Palabra de honor, y de repente el icónico vídeo de 1988 con las clásicas gafas aviador y toda su juventud, encapsuladas en La incondicional.
Luis Miguel traía mucha energía para ofrecer a sus seguidores. Dio un par de palabras y agradecimientos y continuó cantando porque sabía que esa noche su gente iba a bailar y a desgarrar la garganta coreando los éxitos que, para ser honestos, la mayoría se los sabía. Tanta fue la euforia que en algunas canciones el dejaba de cantar para escuchar las olas de coro que retumbaba en el recinto.