La TSO bajo la dirección de Gustavo Gimeno cautivó a Toronto durante cuatro días con el concierto "Visions of Spain"

Acto seguido, está la Sinfonía N.1 del francés Henri Dutilleux, la cual consta de 4 partes: Passacaille, Scherzo molto vivace, Intermezzo y Finale con variazioni. Esta pieza compuesta en 1951, fue el primer trabajo a una escala completa para una orquesta. Se pueden percibir las texturas cambiantes, las armonías inventivas y los colores brillantes. A pesar de que se compuso como una pieza clásica de 4 movimientos, sus 30 minutos de duración están cargados de un movimiento libre y fluido, un entusiasmo espontáneo y rítmico impulsado por una variedad de percusión.

La Orquesta Sinfónica Juvenil de Toronto (TSYO) también hizo parte de esta presentación con El amor brujo del español Manuel de Falla. Este ballet fue inicialmente presentado como una pieza gitana con voces y baile con poco éxito. Falla lo transformó entonces en un ballet, una historia de una mujer gitana andaluza y el fantasma de su amor anterior. Esta hermosa pieza fue interpretada majestuosamente por la TSYO con algunos miembros de la TSO, recibiendo una ovación animosa del público presente.

Y para resaltar esta noche talentosa, se presenta como invitado al lado de la TSO el famoso guitarrista español Juan Manuel Cañizares. Cañizares es uno de los artistas flamencos mas reconocidos, quien trabajaba al lado de Paco de Lucia y su trabajo ha recibido reconocimiento a nivel mundial. Ha compuesto piezas para el Ballet Nacional, Juegos olímpicos, bandas sonoras de algunas películas entre otros.

Al lado de la TSO interpreto el famoso Concierto de Aranjuez  de Joaquin Rodrigo. Una pieza que le llevo a la fama y tal vez la mas famosa compuesta para cualquier instrumento en el siglo 20. La guitarra es el instrumento principal en esta pieza, donde la orquesta participa sutilmente, pero con mucha sensibilidad resultando en mas color, brillo y transparencia. Compuesta por 3 partes, comienza con armonías mas tranquilas y ritmos flamencos, seguido por un segundo movimiento largo y melancólico donde la guitarra entra en un dialogo con otros instrumentos individualmente. Y finaliza con un baile cortes que eleva el espíritu.

Al terminar esta espectacular presentación, y nuevamente con ovación del publico; Cañizares, a manera libre, empieza a interpretar una pieza flamenca a lo que, para grata sorpresa de todos, se le une el director Gustavo Gimeno con el tradicional cajón español.

Y para terminar la noche, no podría ser de mejor manera que con el inigualable Bolero de Ravel. Esta pieza clásica fue presentada como ballet en París en 1920, ganando mucha popularidad. Es una pieza que comienza muy suave y poco a poco va creciendo hasta ser lo más fuerte posible; un patrón rítmico corto y constantemente repetido, el cual se toca 169 veces durante toda la pieza.

Sin duda, la mejor manera de terminar la noche es con un Bolero que hace que todo esté en su lugar y que tiene el poder, como todo el concierto, de hipnotizar los sentidos y acelerar el pulso.

 

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