La conducta alimentaria

Recuerdos, sentimientos, emociones y necesidades marcan la conducta con los alimentos
Toronto · Publicado el: 22 mayo, 2013

La conducta alimentaria es el comportamiento que tenemos en relación con los alimentos. En ella intervienen experiencias previas, recuerdos, sentimientos, emociones y necesidades.

Nuestra conducta influye en la calidad de lo que comemos y responde a los colores, sabores y textura de los alimentos. Tendemos a que nos guste platos elaborados a base de alimentos disponibles en el lugar donde vivimos y a veces fijamos reglas para aceptar o rechazar algunos alimentos y para definir la forma de prepararlos y consumirlos.

Tras el desarrollo de nuevas técnicas en la industria alimentaria, la mayoría de nosotros disponemos de alimentos adecuados y variados. Desgraciadamente cuando pareciera haber llegado el momento en que el hombre se vería beneficiado por el progreso y se alimentaría regularmente sin sufrir desnutrición es cuando aparecen factores culturales que conducen a cambios negativos en nuestra conducta alimentaria tales como la búsqueda de la delgadez extrema.

A estos cambios culturales se suman las predisposiciones genéticas y las dinámicas familiares provocando que se desarrollen personalidades con graves trastornos alimentarios que derivan en problemas de nutrición y de salud. También contribuyen al desarrollo de estos trastornos sentimientos como la depresión, la ansiedad, la soledad, así como problemas familiares y malas relaciones interpersonales.

Entre los trastornos alimentarios más comunes en nuestra época están la anorexia nerviosa, la bulimia y  el consumo compulsivo de alimentos que nos conduce a la obesidad. Es importante saber que cada individuo por su estilo personal, requiere de tratamientos flexibles e interdisciplinarios que se ajusten a cada caso en particular. Al hablar de tratamientos interdisciplinarios me refiero a que los que proporcionan un médico, un psicólogo, un nutriólogo y de manera muy importante la familia que estará con la persona que recibirá el apoyo y tratamiento.

El seguir dietas excesivas y sin supervisión profesional o el purgarse después de comer compulsivamente son métodos utilizados a veces para manejar situaciones dolorosas y sentirse en control de sus propias vidas. Desafortunadamente solo resultan en el deterioro de la salud y en una mayor pérdida de la autoestima.

Padres y profesores, estas conductas muchas veces son el reflejo de los malos hábitos alimentarios que les damos a nuestros pequeños. No hagamos a un lado las señales naturales y biológicas de hambre y saciedad ni enseñemos a los niños a relacionar la comida con las emociones premiándolos o castigándolos con ciertos alimentos.

Los invito a mantenernos todos activos en acciones que nos agraden o nos convengan. Son muchas las personas que, sobre todo nosotras las mujeres, insatisfechas con nuestro propio cuerpo, tendemos a caer en malas conductas alimentarias que pueden extremarse y desencadenar en trastornos de extrema gravedad como la anorexia nerviosa y la bulimia o por lo contrario, deprimirnos y comer compulsivamente llegando a la obesidad.

Te veo la próxima semana con el tema de anorexia nerviosa. No dudes en escribirme a serdancar@hotmail.com si deseas apoyo, asesoría o simplemente deseas compartir un comentario. Te escribe con gusto tu amiga nutrióloga Carmen Serdán.

Tips de Carmen Serdán:

  1. No hagas dietas temporales. Debes hacer cambios sanos para toda tu vida.
     
  2. Disminuye la frecuencia y cantidad de alimentos altos en grasas e hidratos de carbono. Elige alimentos bajos en grasa, hidratos de carbono y azúcares y alimentos altos en fibra más a menudo para que se vaya convirtiendo en hábito.
     
  3. Procura comer 3 comidas al día y de preferencia haz 2 colaciones, snacks  o refrigerios pequeños.
    Uno a media mañana y otro a media tarde para evitar tener mucha hambre. Esto ayudará a que trabaje mejor tu metabolismo. Si en algunas ocasiones no sientes hambre a la hora de comer, come sólo una pequeña cantidad pero no te saltes ninguna comida.

     
  4. No pases hambre. Si no comes tu cuerpo utilizará las reservas de músculo como energía, tu metabolismo será más lento, te sentirás débil y tendrás mayor riesgo de sufrir alguna enfermedad.
     
  5. No esperes la perfección. Más bien busca comportamientos que faciliten los cambios positivos. El comer alimentos de bajo contenido calórico, el usar un plato pequeño y el ir al supermercado ya comido son técnicas sencillas pero muy efectivas.
     
  6. Toma al menos 8 vasos de agua natural (2 litros) para eliminar las toxinas de tu  cuerpo y tener una mejor digestión.
     
  7. Mantente activo. Te ayudará a sentirte muy bien y satisfecho contigo mismo. Elige el ejercicio que tú prefieras, inicia despacio y trata de lograr 30 minutos diarios.
     
  8. Insisto: El ejercicio físico te servirá para tener una buena salud física y mental y empujarte a una buena conducta alimentaria. Inténtalo.
     
  9. Si deseamos incorporar buenos hábitos a nuestra rutina diaria, no debemos tratar de hacerlos todos al mismo tiempo, es mejor empezar por uno que consideremos más sencillo de alcanzar y dedicar todo nuestro esfuerzo a conseguirlo. En el momento en que pase a formar parte de nuestra conducta habitual y ya no requiera un esfuerzo consciente por llevarlo a cabo, podremos pasar a incorporar otro nuevo hábito en nuestra conducta alimentaria.
     
  10. Recuerda que tus pensamientos se convierten en palabras, tus palabras se convierten en actos, tus actos se convierten en hábitos, Así que está en tus manos mejorar tu conducta alimentaria.

Nutrición al día

PhD. Carmen Serdán E.

Carmen Serdán es Licenciada en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Cuenta con estudios y experiencia en países como México, España y Canadá.
Adquiere el libro de Carmen Serdán «APUNTES DE NUTRICIÓN» con este y muchos más consejos de nutrición.

COMENTARIOS

ÚLTIMAS NOTICIAS

X
¿Qué estás buscando?