Así como inviertes tu energía, tu tiempo y tus recursos, así te va en la vida. Si sientes un vacío interior y no estás conforme, no te quedes en la queja, de esta manera vivirás en modo piñata, colgado esperando que una fuerza externa venga y te sacuda, te quiebre, te desfonde.
¡Es tiempo de tomar el control de tu vida!
¿Cuál es el porcentaje de lo que inviertes -dinero, tiempo, esfuerzo, recursos, entretenimiento- en comparación con lo que inviertes en tu crecimiento personal? ¿Te resuena esta pregunta?
¿Sabías que el Interactive Advertising Bureau® publicó que el 18% del tiempo promedio en tu semana está dedicado a las redes sociales? ¿Estás en esa estadística?
La inversión en entretenimiento es necesaria, muchas veces imprescindible, pero en demasía, es exagerar nuestra evasión y responsabilidades de la realidad; en demasía también es entrar en el mundo de las distracciones no de las atenciones.
Yo me di cuenta de lo importante y lo productivo que es invertir en mi crecimiento. Dedico un 80 por ciento de mi dinero, un 80 por ciento de mi tiempo y un 80 por ciento de mis energías, a invertir en mi crecimiento.
¿Qué quiere decir esto? Quiere decir inversiones en libros, cursos, meditaciones, viajes con propósito, encuentros con líderes o pensadores mundiales de convivencia, audio-libros, paseos por la naturaleza, yoga, deportes. Todas son inversiones para tu crecimiento.
Por el contrario, dedico un 20 por ciento de mis inversiones a mi entretenimiento, convencido que llegará el momento en que ese 80 por ciento que yo invierto en mi crecimiento, o sea, la mayoría de todos estos eventos, actividades o hábitos que he creado, son parte también de mi entretenimiento, porque disfruto hacerlos.
Puede ser que no te entretenga tanto hacerlo al principio, pero lo lograrás cuando crezcan los hábitos y veas los resultados, la recompensa y, por supuesto, notes tu crecimiento y tu evolución. Mientras tanto le vamos a llamar crecimiento y entretenimiento.
En el entretenimiento quedan también los libros, pero esos libros que no te están dejando un aprendizaje pragmático y que solo los lees para evadir la realidad y entretenerte un poco. Lo mismo pasa con telenovelas, series de televisión o programas de comedia que nos entretienen, pero si no les buscamos su ángulo provechoso, si no estamos consciente de lo que estamos viendo y para qué lo estamos viendo, si no estamos al tanto de su verdadera intención, la enseñanza que le podemos sacar sería cero, porque no formarían parte, necesariamente, de un crecimiento exponencial, tangible y acelerado.
Entonces, mi invitación y mi reflexión en el día de hoy son a que vuelvas el foco a ti, revises, y en una hoja de papel presupuestes qué tanto de tu energía diaria, semanal, mensual y anual dedicas a tu crecimiento y cuál solo al entretenimiento.
¡Dios es amor, hágase el milagro!