El Toronto International Film Festival cumple su 45 aniversario y para celebrar el casi medio siglo de vida, los organizadores tenían muchos planes para compartir las festividades con la audiencia internacional y especialmente con la local, como era la costumbre por más de cuatro décadas.
Durante diez días al inicio de septiembre, la ciudad se llenaría de estrellas. Actrices y actores consagradísimos y las nuevas y jóvenes revelaciones que llegarían de todas partes del mundo para presentar sus obras, arribarían también los directores, productores y escritores de las películas donde actúan las estrellas mencionadas.
Un gran número de publicistas invitados y sobretodo la fiel y educada audiencia de la ciudad de Toronto. Todos preparados para ingresar a las muy bien equipadas salas de cine y disfrutar hasta la saciedad de algunas de las 350 películas programadas para esta edición del Festival de Cine de Toronto.
Este era el posible plan de acción hasta que sucedió algo que parecía salido de alguna película de ciencia ficción o de horror del programa Midnight Madness de TIFF: EL COVID 19.
Luego del anuncio del cierre obligatorio y de aceptar los retos que esta pandemia traería a la organización de un evento donde el público se aglomeraría en salas cerradas y que después muchos de ellos regresarían a sus respectivos destinos alrededor del mundo. El Toronto International film festival se adaptó rápidamente a las difíciles condiciones y en este mes de septiembre está celebrando un festival más, que será recordado con gran respeto y admiración, tanto o más que las ediciones anteriores por lo especial de la situación.
Los cambios son los esperados. Para empezar no hay estrellas internacionales ya que viajar es una opción lejana. Sin luminarias no hay red carpets, ni preguntas y saludos al final de las proyecciones en las ya famosas Galas. Tampoco hay conferencias de prensa en persona ni mucho menos las esperadas fiestas del festival.
Aunque lo más trágico ha sido la drástica reducción de películas a presentarse en esta edición, de más de 300 films de ficción y películas documentales el año pasado, se reduce a unos 100 este año.
Las contadas entrevistas, conversaciones, presentaciones y conferencias de prensa se llevan a cabo virtualmente. En ediciones anteriores el público podía ver de lejos a los actores y directores de sus películas favoritas. Tal vez esa experiencia se podía extender un poco más si uno asistía a la presentación de una película donde también estaban presentes los intérpretes y creadores.
Pero ahora que dicha presentación se llevará a cabo virtualmente, esa experiencia se expande al universo paralelo de la era digital y hasta podemos interactuar con dicho personaje. No en persona pero paradójicamente más cerca.
Este año se priorizó la presencia de las creadoras mujeres, muchas de las películas que llaman más la atención de la audiencia han sido dirigidas y producidas por mujeres.
Chloé Zhao es una directora de Beijing que escribió, editó y dirigió a Frances McDormand en el film Nomaland. La historia de Fern, quién viaja en su camioneta por diferentes rincones en los Estados Unidos. La directora Ava DuVernay (Selma) visitará las pantallas del festival para tener una conversación sobre arte, cultura, política, racismo y como esto influye en su trabajo como cineasta.
También tendremos la visita virtual de Saoirse Ronan quién luego de estar físicamente en Toronto muchas veces para presentar renombradas películas como Atonement, Lady Birth, Brooklyn y Little Women ahora nos ofrecerá su nueva interpretación en Ammonite.
Desde Francia la muy joven realizadora y actriz Suzzane Lindon presentará su opera prima llamada Spring Blossom que cuenta la relación entre una adolecente con un hombre dos décadas mayor. También tendremos participando en diferentes eventos digitales a Priyanka Chopra, Rachel Brosnahan, la canadiense Tantoo Cardinal, Zhang Ziyi, Olivia Wilde y películas de Regina King (One Night in Miami), Mira Nair (a Suitable Boy), Stacy Lee (Underplayed) entre otras.