(Foto: Ludwing Duarte)
El cantante colombiano Carlos Vives abrazó a los torontianos con un concierto de dos horas en donde cantó cerca de 20 canciones, entre ellas Quiero Casarme Contigo, Baloncito Viejo, Cumbiana, Canción Bonita y La Bicicleta.
Con un super escenario con ocho pantallas, proyecciones digitales, hielo seco y luces de bengala, el concierto arrancó en punto de las 8:40 pm el viernes pasado en el Coca-Cola Coliseum con capacidad para alrededor de nueve mil personas y que lucía lleno. Las butacas salían sobrando pues desde la primera canción los asistentes se mantuvieron de pie, bailando y aplaudiendo por poco más de dos horas.
Galería de fotos del concierto de Carlos Vives en Toronto
“Gracias por haberme traído”, dijo Vives, quien se conectó con el alegre público desde el primer minuto.
Recordando su tierra natal y sus orígenes musicales, narró cómo nació el rock de mi pueblo “que he cantado por todo el mundo” y destacó que “aprendí que lo mejor estaba en nosotros, en nuestra gente”.
Vestido con jeans y chaqueta negros con decorados plateados, el rey del vallenato abrió su concierto con Pa´ Mayté y el fiel público, mayoritariamente colombiano, pero también mexicano, centroamericano, caribeño y sudamericano le respondió con coros, aplausos y saltos.
Después vino su canción-himno La Gota Fría, que resonó en toda la arena del Coca-Cola Coliseum pues lo acompañaron once músicos y coristas, aunque con la ausencia del acordeonero Egidio Cuadrado, quien se encuentra bajo restricción médica, pero aun así no faltó el clásico “duelo” entre guitarra y acordeón.
Las tres coristas vestían atuendos rosados y azules con decorados en la cabeza y acompañaron a Vives con su “Déjame Entrar”. Después, Carlos dijo que “llegó la hora de saludar a los ciclistas de Toronto” y recibió a cambio un multitudinario grito de alegría colectiva de un público inmigrante que al menos en dos años no pudo asistir a este tipo de conciertos.
Entre vallenato, cumbia, rap y rock, el incansable artista demostró que “Después de todo Vives”, que es el título de esta gira por Norteamérica. Después de haberse presentado la noche anterior en Montreal, Vives vibró en el escenario de Toronto con la agilidad, sonrisa y energía que lo distinguen.
Su agilidad en el escenario y jovial vestuario, incluidos sus rigurosos tenis, escondían muy bien sus 61 años recién cumplidos.
Entre brincos, luces y gran colorido siguieron los éxitos Tu Eres Mi Consentida, Canción Bonita, Quiero Casarme Contigo y la Tierra del Olvido. El cantante recordó que Colombia es un país de ríos grandes en donde la música nativa se unió con la herencia española y africana. Y le cantó “a ese cruce de caminos que somos los colombianos”.