Ignoramos lo común para apostar por lo complejo. Decidimos empezar un camino que la mayoría no se atrevería a tomar; muchos por temor, varios por indecisión, algunos por confusión y otros por el que dirá la gente.
Sin planearlo caminamos distancias inimaginables y descubrimos juntos lo impensado. Colectamos un sin número de singularidades y diferencias y las transformamos en complemento. Pasamos de ser distintos a la norma para convertirnos en la norma de lo distinto.
Ante el resto, nosotros solo podíamos caminar por senderos opuestos. Ante sus ojos, tú pertenecías y yo sobraba. Pero solo tú y yo sabíamos que sin importar que camino, ruta o atajo tomáramos, nuestro destino sería el mismo.