El papa Francisco I demostró ayer una vez más que su pontificado se centrará en la cercanía con la gente al sumirse ayer entre más de 20.000 personas congregadas en la plaza San Pedro del Vaticano para escuchar sus palabras en el l encuentro de los miércoles con fieles procedentes de todo el mundo, a los que se dirigió únicamente en italiano y no en otros idiomas como acostumbraba a realizar su predecesor.
El alemán Benedicto XVI, que renunció a su pontificado, utilizaba diversos idiomas para resumir lo comentado durante la catequesis y saludar así a la audiencia de diferentes naciones allí congregada en español, francés, polaco e incluso en árabe.
Sin embargo el argentino Francisco I usó únicamente el italiano, lo que desilusionó a muchos de los presentes, que esperaban las primeras palabras en español del primer papa latinoamericano, quien delegó la función de ofrecer el mensaje en los distintos idiomas a un monseñor del Vaticano.
No obstante, el papa se acercó al público y saludó con especial efusividad a muchos de sus compatriotas, con los que conversó y hasta abrazó tras dirigir la misa previa a su primera Semana Santa como sumo pontífice.
"Vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos, ir al encuentro de los otros, ir a la periferia, ser los primeros en movernos hacia nuestros hermanos, sobre todo hacia los que están más lejos, aquellos que están olvidados, aquellos que necesitan comprensión, consuelo y ayuda", afirmó el papa en su primer encuentro público.
Francisco I animó además a buscar a aquella gente que duda de la fe o la ha perdido: "no podemos contentarnos con permanecer en el recinto de las 99 ovejas, tenemos que salir, buscar con Él a la oveja descarriada, aquella más lejana".
