Los senadores de Estados Unidos han desestimado la propuesta del Departamento de Seguridad Interna (DHS) que solicitaba la aplicación de una tasa para cobrar a aquellos que ingresaran a su territorio por vía terrestre desde Canadá y México.
El comité judicial del Senado estadounidense se reunió ayer para votar en contra de que esta propuesta siguiera adelante al considerar que esta medida perjudicaría los intereses de los estados fronterizos con Canadá al obstaculizar los viajes de los ciuadadanos canadienses al territorio estadounidense.
El principal opositor a esta medida fue el senador de Vermont, Patrick Leahy, quien expresó en su sitio web su disconformidad con la propuesta de Departamento de Seguridad Interna por considerar que "afectaría a la economía de Vermont y a los lazos culturales históricos que los residentes de nuestro estado tienen con los de Quebec".
"Además una tarifa haría que los canadienses prefirieran no viajar a Estados Unidos y los agentes fronterizos se convertirían en cobradores de peajes y no en agentes de seguridad", precisó Leahy.
Las primeras reacciones desde el lado canadiense no han tardado y han venido de la mano del político canadiense Peter Van Loan, satisfecho de la decisión del senado porque "una tasa conllevaría daños tanto a la economía de Estados Unidos como la canadiense, en un momento donde precisamente se trabaja por la recuperación, la creación de trabajo y el crecimiento económico”.
Según el Departamento de Asuntos Extranjeros y de Comercio Internacional, el gasto de los canadienses en Estados Unidos asciende a 21.000 millones de dólares al año y el punto fronterizo situado entre Windsor y Detroit registra más de 1.600 entradas diarias a Estados Unidos solo por los trabajadores residentes en Canadá que acudan a las instalaciones de la Chrysler.
