Los seres humanos tendemos muchas veces a abandonar nuestro cuerpo físico por devoción a nuestro espíritu, cuando debería ser todo lo contrario, debemos amar a nuestro cuerpo porque es él que nos permite expresarnos como seres de luz en un plano físico.
Nuestro cuerpo es nuestro más valioso medio de comunicación, transporte y experimentación, nada de lo anterior fuese posible sin él, entonces, ¿por qué no consentirlo?
La manera en cómo trates a tu cuerpo hoy, de esa manera éste te responderá mañana, si lo que quieres es un cuerpo sano y saludable debes aprender a escuchar a tu cuerpo y entender sus necesidades, para así darle lo mejor que éste se merece.
Una alimentación balanceada, ejercicios y hasta unos cariñitos extra son la clave para un cuerpo sano y libre de “achaques”. Date el tiempo para conocer a tu cuerpo, ya que todos tenemos distintas necesidades, aprende a descansar cuando el cuerpo así te lo pida, alimentarlo cuando éste lo necesite y así sucesivamente. Cuando nos enfermamos nuestra alma está tratando de comunicarnos que hay algo que debemos corregir en nuestro ser, es por eso muy importante estar atento a esas señales.
Una persona que agradece a su cuerpo y que le da el respeto que éste merece, es una persona centrada en su ser. Amar y cuidar nuestro cuerpo significa amar y valorar nuestra vida.