Los dirigentes del fútbol, empezando por la FIFA y pasando por la UEFA, federaciones y ligas nacionales siempre, o casi siempre, intentan convencernos de que el fútbol pertenece al aficionado. Pero una cosa son los dichos y otra los hechos, puesto que no concuerdan. Hoy en día solo buscan el beneficio económico, maximizar las ganancias a costa de poner en riesgo la salud de los futbolistas. No les importa incomodar al hincha para lograr su objetivo.
Y no solo eso, ya ni los derechos humanos importan. Claro ejemplo de ello es el próximo Mundial de Qatar 2022, donde han muerto miles de trabajadores y donde el machismo y la homofobia están a la orden del día. Pero poderoso caballero es Don Dinero. Otro ejemplo lo tenemos en la Supercopa de España, que viaja a un país similar a Qatar: Arabia Saudí. Otra nación donde la mujer y los homosexuales son ciudadanos de segunda.
¿Cuándo empezó esta deriva?
Con la llegada de grandes corporaciones televisivas el panorama futbolístico cambió de forma drástica. En pocos años, sobre todo en la primera década del siglo XXI, se pasó de emitir un partido en abierto y otro en un canal de pago a poder verse todos los encuentros de las jornadas de cada liga europea. Lo mismo con las competiciones continentales, puesto que antaño se retransmitía un choque por día y ahora se televisan todos los partidos.
Eso, a priori, no tiene por qué ser algo negativo. Podemos escoger qué partido ver y realizar los pronósticos deportivos en las casas de apuestas que deseemos en los choques que nos parezcan más interesantes. El problema ha venido en el momento que se ha pensado únicamente en el negocio, llegando a saturar al espectador. En lugar de ponérselo fácil con la tecnología disponible se ponen trabas para que el aficionado pueda mantener la afición por el deporte rey.
Las razones son varias: hay partidos cada día, en horarios incompatibles con el fútbol base o amateur, entradas desorbitadas, abonos televisivos abusivos, etc. Antaño se sabía que los partidos de Primera División eran el domingo a la tarde o, en su alternativa, el sábado a la noche. Entre semana solo se jugaba cuando no había más remedio. En cambio, alguien que quiera ir al estadio, además de rascarse el bolsillo, debe estar pendiente hasta última hora de cuándo será el encuentro, pudiendo ser el viernes a la noche, el sábado o el domingo desde las 14:00 hasta las 21:00 o el lunes a la noche. Una locura y un despropósito.
A ello se le ha de añadir que en España no es posible contratar el fútbol sin estar obligado a tener internet, fijo, canales adicionales y demás paquetes que hacen que por menos de 100€ no sea posible ver el fútbol. Algo que podría acercar el deporte más bonito del mundo al aficionado lo aleja por el afán de negocio y por la imposibilidad de contar con una plataforma donde poder contratar únicamente el fútbol. Igual que ocurre con el cine y las series, el deporte, y concretamente el fútbol, necesitan un cambio. Urge un Netflix o un HBO del fútbol, sin tener que ir a varias plataformas o tener que contratar varios paquetes de internet.
En el siglo XXI, y con todas las herramientas disponibles, el fútbol debe mezclar su esencia y la innovación para llegar al máximo de hogares posible y, a su vez, continuar generando ese interés y esa pasión que siempre ha generado. En Legalbet puedes encontrar las mejores casas de apuestas y consultar las previas de los partidos más interesantes. Por el bien de todos urge devolver el fútbol a la gente.