Si eres de los que disfruta o quiere aprender a disfrutar una copa de vino y una buena charla, si te gusta experimentar nuevos aromas y sabores y sobre todo, si te gusta compartir estas experiencias ¡estás en el lugar correcto!
Beber vino es una decisión personal tomada con responsabilidad, y el por qué lo hacemos, es un mundo infinito de muy interesantes y divertidas razones. En mi caso, eran principios de los 90’s estaba cursando el primer año de Universidad en la bella ciudad de Guadalajara, Jalisco, México (la tierra del Mariachi y el Tequila), los fines de semana trabajaba para un restaurante gourmet de unos amigos, él, un Chef Suizo casado con una Mexicana experta en relaciones públicas.
Yo hacía el rol de hostess, afintriona, y considero ese mi punto de inicio en la experiencia fantástica de lo que yo llamo la cultura alrededor del vino, que incluye entre otras cosas, conocer gente fabulosa, aprender sobre etiqueta en la mesa, servicio al cliente y lo más importante combinar o maridar el vino con la comida. En este lugar aprendí de vinos y de quesos (primera experiencia en probar quesos añejos) aprendí a degustar un delicioso fondue con vino blanco o unas puntas de filete con un vino tinto de medio cuerpo.
Wow! y esas experiencias se quedan en la memoria para siempre. Desafortunadamente para el siguiente año tuve que renunciar a mi trabajo porque combinar el estudio con jornadas que terminaban en la madrugada no fue un buen maridaje. Pero me quedó el gusanito y tarde o temprano llegaría el momento de tomar en serio mi hobbie y hacer una carrera de él.
¿Qué otras razones tenemos para amar el vino? Mi amiga Lorrie, empresaria y conocedora de esta industria dice que para ella el poseer un viñedo, trabajarlo y gustar del vino fue un acto de amor dedicado a su padre, científico de profesión, que en su natal Escocia, plantó sus propias vides en casa e hizo su propio vino. Para Lorrie es recordar, honrar y seguir con la tradición familiar de degustar un buen vino rodeado de familiares y amigos.
Fue cuando llegué a Toronto, hace tres años, que decidí emprender una nueva carrera, me habían dicho que Canadá es un país de oportunidades y me lo tomé muy en serio, dejé una carrera profesional en la administración de negocios y me di a la aventura de promover tequilas y mezcales para empezar. Busqué el camino que han seguido los sommeliers, expertos en vinos y embajadores de marca para consolidar sus carreras y tratar de replicar lo mismo. No hay mucho misterio: dedicarte a promover y educar sobre cualquier materia requiere estudio, pasión y conocimiento.
Recuerdo que uno de mis maestros en el curso de certificación de vinos y licores, dijo en la primera clase: “Si se van a dedicar a esto, les tiene que gustar la geografía y los idiomas” ups! y ciertamente estudiar sobre un vino o un licor requiere conocimientos no sólo de continentes, sino de países, regiones dentro de los países y sub-regiones, hasta llegar hasta pequeños poblados o villas.
¿Y el idioma? El profesional de la industria tiene que pronunciar correctamente (hacer al menos su mejor esfuerzo) la uva, la región y el nombre del vino, ya sea en Francés, Alemán o Español.
¿Será por eso que los hispanoparlantes preferimos los vinos de España, Chile o Argentina? ¡Claro! nos es más sencillo recordar y asociar Tempranillo uva de España, Carménère-Chile y Malbec-Argentina. ¿Qué tal cuando vemos una botella de un vino de Alemania o Austria? ¿Si supiéramos un poco más acerca de ese vino lo compraríamos?
De esto se trata este espacio de hacer más sencillo tu viaje en este mundo del vino, desde la intención de comprar hasta la elección de la experiencia que quieres vivir. La Cepa es el tronco de la vid donde brotan los sarmientos, es decir, la planta de la uva. Una buena cepa se refiere a una uva de alta calidad. Se necesitan cosechar buenas cepas para producir buenos vinos. De ahí el nombre de este blog, donde todos los miembros seamos amigos De Buena Cepa.
Continuemos esta experiencia la siguiente semana. Todas sus dudas y comentarios son bienvenidos Twitter @YvetteAstorga
