La trayectoria artística de María Luisa de Villa es tan extensa, como extenso es su amor por el arte. María Luisa es una artista visual, curadora, ecologista y maestra de dibujo, pero por sobre todo, es una fuerza que impulsa el arte mexicano fuera de ese país, tanto así que ha llegado a Toronto para compartir su visión integradora.
«Los trasplantes estacionales, las sutiles reflexiones de María Luisa de Villa, hablan un lenguaje más profundo que los intensos colores refractados por la luz solar mexicana», así da inicio la reconocida escritora canadiense, Linda Rogers, en un artículo de nombre Ofrenda Viva, publicado hace poco en la revista cultural Exile Quarterly. La publicación dedicó 13 páginas a la prolífica obra de María Luisa, natural de Oaxaca, y es que es un poco complicado resumir más de cuatro décadas de trabajo y dedicación.
María Luisa de Villa también ha sido impulsora de los artistas mexicanos: ha organizado curadurías que incluyeron nuevos artistas y ha sido maestra. «Sus dibujos son las alas translúcidas de los pájaros y las semillas que llevan su música, mensajes de esperanza y amor perdurable, de continente a continente», dice otra parte de texto de Linda Rogers.
Para su obra, hace uso de pigmentos naturales, impresiones de la milpa sobre papel amate o Ixtle. Sus ideas representan la unidad del hombre con la naturaleza, en imágenes que retratan al maíz y la Virgen de Guadalupe como símbolos de la identidad mexicana.
Los dibujos de María Luisa de Villa rompen con lo considerado «normal» para mostrar sus ideas sobre el sentido de lugar a través de la iconografía mexicana.
Toronto tiene la suerte de contar con su presencia, ya que vive entre México y esta ciudad. María Luisa ha sido becaria de Toronto Arts Council en varias oportunidades. Su trabajo ha sido expuesto en diversas partes de Canadá y el mundo.
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