La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y muchos de sus derivados. Este problema se debe a la carencia de una enzima llamada lactasa en cantidades suficientes para digerir los productos lácteos que habitualmente consumimos.
Entre las posibles causas:
- Herencia
- Cirugía o infección del intestino delgado
- Destrucción de la mucosa del intestino delgado
- Desuso prolongado del tubo digestivo
- Malnutrición
- Toma de ciertos medicamentos
Algunos Síntomas:
- Hinchazón o inflamación abdominal
- Cólicos o dolores abdominales
- Diarrea
- Gases
- Náuseas
- OJO: los bebés y los niños con esta intolerancia pueden tener crecimiento lento o pérdida de peso.
¿Cómo tratar la intolerancia a la lactosa?
El tratamiento es dietético y busca eliminar los síntomas. Se basa en reducir el consumo de productos lácteos sustituyéndolos por productos con menos lactosa. Existe también la posibilidad de agregar a la leche enzimas de lactasa o bien tomar la enzima en forma de tabletas o cápsulas. Esto lo decide de preferencia tu médico de familia que probablemente te pedirá que te hagas alguna prueba o análisis.
Productos con menos lactosa que la leche:
- Mantequilla y algunos quesos
- Productos lácteos fermentados, como el yogur
Productos sin lactosa:
- Productos lácteos deslactosados
- Sustitutos de leche a base de soya, almendras, arroz o avena fortificada con calcio y vitamina D.
También se recomienda consumir productos tratados con lactasa, agregar enzimas de lactasa a la leche normal o utilizar cápsulas y tabletas masticables de lactasa. Es importante notar que no consumir leche puede perjudicarnos si no cubrimos nuestras necesidades de calcio, vitamina D, riboflavina (vitamina B2) y proteínas mediante el consumo de otros alimentos.
Para obtener los 1,200 a 1,500 mg de calcio que necesitamos diariamente se recomienda:
- Tomar suplementos que contengan calcio. Si vives en lugares con inviernos de poco sol, suplementa tu alimentación con vitamina D.
- Consumir alimentos con calcio como son el brócoli y vegetales de hojas verdes, salmón o sardina enlatada con huesos o productos con calcio añadido como el jugo de naranja. También sustituto de leche a base de soya (soja) o tofu enriquecido con calcio.
- Beber jugo de naranja o leche de soya con calcio agregado.
Amigo lector, si tienes algún síntoma consulta de inmediato a tu médico, probablemente te referirá con un nutriólogo el cual te ayudara a hacer ajustes en tu dieta para evitar este tipo de intolerancia. Para complementar tu salud mental, es importante saber o a aprender a tolerar a la gente y cosas que nos rodean para vivir de manera más amigable y en paz. Nos vemos con gusto en mi próxima edición, tu amiga especialista en Nutrición Carmen Serdán (serdancar@hotmail.com).
Consejos y Comentarios de Carmen Serdán:
1) En ocasiones se toleran pequeñas cantidades de lactosa por lo que es posible consumir productos que la contengan distribuyéndolos a lo largo del día. El nivel de intolerancia depende de la deficiencia de lactasa que hay en cada persona y también del grado de lactosa que está presente en el producto a consumir.
2) Revisa siempre que puedas el contenido de los alimentos indicado en sus etiquetas, pues algunos alimentos no lácteos, utilizan aditivos que podrían contener lactosa. En los ingredientes de las etiquetas puede decir, leche (milk), suero (whey), cuajo (curd).
3) Consume alimentos no procesados como frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, leguminosas (frijol, lenteja, alubia, soya o soja), carnes no procesadas y, de manera moderada, huevo.
4) Asegúrate de consumir suficiente calcio incluyendo en tu dieta brócoli, salmón y sardina enlatada con huesos, jugo de naranja fortificado con calcio y tortillas de maíz.
