Se puede decir que los canadienses sufren uno de los más largos y fuertes inviernos del mundo. Las ciudades se tornan de blanco ante las constantes nevadas que azotan el país de costa a costa, y la temperatura fácilmente pueden descender a grados que – literalmente –congela las cosas a su paso. Este es el caso de las Cataratas del Niagará que vuelven a paralizarse ante el gélido frío que azota el sur de la provincia de Ontario.
Pese a lo que muchos creen, el agua se congela a los -13°C y no a la temperatura de 0°C. Lograr que las enormes Cataras del Niágara se congelen solo es posible con un fuerte invierno como el que está viviendo Canadá durante los últimos meses.
Fotos: Reuters