Recientemente escuchamos con frecuencia el término bullying, palabra holandesa que significa “acoso” (y en español es conocida como abuso). La palabra bullying, fue utilizada por primera vez por el Dr. Dan Olweus en la década de los 70’s; lo cual pone en evidencia que este es un problema que ha dado inicio mucho tiempo atrás, aunque en la actualidad se ha estudiado con mayor frecuencia.
Este tipo de violencia no es exclusivo de algún sector social, por lo que todas las víctimas son 'iguales'; se manifiesta por el uso de fuerza o intimidación para afectar a otros y es más común de lo que se cree, particularmente cuando hay una diferencia de poder (por ejemplo de un padre, quien es de mayor edad, a un menor).
Los psicólogos le llaman “bully” a la persona que ejerce poder e intimidación sobre el “bullied” o agredido, haciéndolo sentir amenazado e intimidado, creándole un notable complejo de inferioridad.
Las causas de violencia en el hogar pueden residir en la ausencia de alguno de sus padres o la presencia de violencia en el padre o la madre. Estas situaciones generan un comportamiento agresivo en los niños y niñas, el cual pueden arrastrar hasta su adolescencia, provocando agresiones a los compañeros del colegio, grupos de amigos, vecinos, etc. Por otro lado, también existen quienes se sienten indefensos y prefieren callar la situación de abuso en casa por temor al qué dirán, incluso por miedo a que sus padres, o ellos mismos, sean juzgados
Es importante recordar que para un hijo, la situación de bullying recibido por parte de los padres es sumamente difícil. Cuando un niño viene al mundo nace con las necesidades básicas de protección, afecto, apoyo, cariño y alimento; sin embargo, cuando se presenta una situación de abuso o violencia, se rompe este vínculo de seguridad y es entonces cuando el hijo está en una constante montaña rusa de emociones, lo cual lo lleva a sentirse constantemente vulnerable e inseguro.
Desgraciadamente, es común que los padres que abusan de sus hijos se escuden en el uso y abuso de poder, argumentando que “es su deber como padres corregir a sus hijos”. Con esto NO pretendo decir que los padres NO tengan derecho a reprender a los hijos cuando hacen algo incorrecto, pero llegar a un grado de violencia o de bullying es IMPERDONABLE.
Recuerda amigo lector que la VIOLENCIA genera más VIOLENCIA. Te invito a reflexionar lo antes mencionado y NO olvides, que si sabes de alguien que vive una situación de bullying intra-familiar, NO te calles y alza la voz. Acuérdate que con gusto te atenderé a ti o a tus seres queridos, en el 121 Eddystone Avenue.
Publicado: 20 de julio, 2012
Texto: Brenda Pérez Gil Romo
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