El ejercicio tiene muchos beneficios para la salud física y mental, y una manera que he encontrado, para que sea absolutamente divertido, es hacerlo con un acompañante. Hacer ejercicio en compañía puede convertirse en una de tus actividades favoritas del día, porque no solo estás entrenando tu cuerpo, sino que además estás pasando un momento feliz junto a los tuyos y fortaleciendo tu relación con ellos.
Aquí hay tres ideas para empezar:
Escoger el acompañante y el tipo de ejercicio: Puede ser tu esposo, tus hijos, sobrinos, amigos; lo importante es que esa persona disfrute el ejercicio tanto como tú y que disfrutes su compañía. Escojan un tipo de ejercicio que les encante practicar a ambos.
Establecer un horario fijo: La idea es que haya un compromiso por parte de ambos para cumplir con los días y las horas que se han propuesto. Esto te ayudará a mantener tu palabra en esos momentos en los que no te sientas animada a ejercitarte y después te alegrarás de haber cumplido con la cita.
Disfrutar el proceso: Aunque estén allí para cumplir con unos objetivos de entrenamiento determinados (tantos kilómetros de caminata, una hora de spinning, lo que hayan decidido hacer), no tienen por qué tomárselo tan serio. Es importante que disfruten y rían durante el proceso para que su relación se fortalezca. Podrían incluso hacer una competencia, para motivarse mutuamente a seguir ejercitándose aún más. Si hoy no ganaste, ya tendrás tu oportunidad para la revancha y para pasar más tiempo de calidad con tus seres queridos.