Es muy importante que los niños tengan una dieta sana para que su desarrollo sea óptimo. Durante la infancia los hábitos de alimentación y ejercicio pueden marcar la diferencia entre una vida sana y el riesgo de sufrir enfermedades en años posteriores.
Al cumplir el año de edad los niños comienzan a tener su propia personalidad y a demostrar su independencia, a moverse libremente y a escoger los alimentos que quieren comer. La velocidad con la que crecen es menor que cuando eran bebes pero al final del tercer año de edad alcanzarán el 50% de su estatura adulta.
Después del año los niños ya son capaces de beber con popote y comer con cuchara y en algunas ocasiones se obsesionan con ciertas comidas. El consumo de alimentos variados les permitirá aprender a escoger entre diferentes sabores, texturas y colores para satisfacer su apetito.
El niño estará cada vez más influenciado por los hábitos alimenticios de su familia y de sus compañeritos de escuela. No se debe ir con prisas en las horas de la comida, sino que hay que hacerlo relajadamente para que sus actitudes hacia la comida sean sanas, positivas y sin miedo.
Después de los 4 años, disminuirán sus necesidades energéticas por kilogramo de peso, pero la cantidad de energía o calorías totales que necesita irán aumentando. De los 5 años hasta la adolescencia, el crecimiento será más lento.
Comer con regularidad y consumir tentempiés sanos, que incluyan frutas y verduras, productos lácteos, carnes magras, pescado, aves, huevos, leguminosas (legumbres), cereales integrales y frutos secos contribuirá a un crecimiento y un desarrollo adecuados siempre que el aporte energético de la dieta no sea excesivo y ocasione sobrepeso.
Los niños necesitan beber muchos líquidos. Especialmente si hace calor o tienen gran actividad física. El agua sola es muy recomendable pero la variedad es importante en sus dietas por lo que es recomendable darles leche, jugo de frutas, licuados con frutas, bebidas de lactobacilos o yogurt, aguas de frutas, tés o infusiones. Debido a su alta cantidad de azucares recomendamos de preferencia evitar los refrescos o bebidas gaseosas, además de que no es una bebida natural y contiene ácidos que podrían lastimar los dientes o el aparato digestivo, además que el gas hace que se sacien más rápidamente de algo no nutritivo.
Amigo lector, es importante también moderar el consumo de dulces, chucherías y botanas, fomentar el gusto por las frutas y las verduras y educar a los niños para que laven sus dientes adecuadamente después de cada comida.
Consejos de Carmen Serdán:
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Enseña a tu hijo a comer sin prisa y a masticar los alimentos adecuadamente.
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Procura que los niños hagan tres comidas completas y dos refrigerios, snacks o colaciones.
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Cuida sus ciclos de sueño y reposo para eliminar el agotamiento.
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Como papás debemos seleccionar los alimentos, el horario, los lugares y las reglas de comportamiento para comer.
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Debemos confiar y respetar gustos del niño así como su inapetencia pues eso servirá como señal para diferenciar el hambre y la saciedad.
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Aunque el niño esté inapetente, debe presentarse a la mesa a las horas de comer para fomentar sus hábitos. Vigila que no se exceda en sus refrigerios, snacks o colaciones.
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No restrinjas del todo las golosinas y botanas. Incluirlas ocasionalmente en el snack, refrigerio o colación.
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No existen alimentos buenos o malos sino dietas buenas y malas. Cuida la variedad y las cantidades.
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Que coma frutas y verduras de distintos colores para así recibir las distintas vitaminas y minerales. Las frutas y verduras son también ricas en fibra que ayuda a mejorar la digestión.
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El ejercicio físico es básico para el buen crecimiento y desarrollo físico y mental de los pequeños.
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No olvidemos que los mayores, somos el ejemplo de los niños y niñas, ellos copian todo de nosotros, así que te invito, a que tú como adulto, procures comer sano y hacer ejercicio físico de manera constante.
Tu amiga nutrióloga Carmen Serdán.
Escribe a serdancar@hotmail.com.
