El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se observó el 15 de octubre de 2008. Este día internacional nuevo, establecido en diciembre de 2007, reconoce “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
Las mujeres rurales dependen en su mayoría de los recursos naturales y la agricultura para subsistir, y representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial. En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43% de la mano de obra agrícola y producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, por lo que sobre ellas recae la gran responsabilidad de la seguridad alimentaria.
Teniendo en cuenta que el 76% de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.
10 razones para celebrar el Día de la Mujer Rural y para preocuparnos por ellas:
- Las mujeres representan, en promedio, el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo.
- Un 46% de las mujeres rurales no tienen ingresos propios.
- Las mujeres empleadas en la agricultura reciben en promedio un salario del 75% referente al de los hombres.
- El 54 % de las trabajadoras agrícolas en América Latina y el Caribe están por debajo de la línea de pobreza.
- Sus explotaciones son de menor tamaño y están casi siempre en tierras marginales y frágiles.
- Tienen menor acceso al crédito, a la asistencia técnica y a la capacitación.
- En México y otros países de Latinoamérica, las mujeres rurales trabajan cerca de 90 horas semanales, 30 horas más que los hombres.
- El número de mujeres rurales ha venido disminuyendo desde 61,6 millones en 1990 hasta 57,7 millones en 2010.
- Las mujeres rurales representan uno de los grupos más afectados por las crisis alimentarias, la falta de inversión para la modernización del campo, la pobreza y su ausencia de los programas de apoyo para el campo.
- De acuerdo a la FAO, es posible alimentar a 150 millones de personas más en el mundo, si las productoras y trabajadoras agrícolas tuvieran las mismas condiciones que los hombres.