La noche del sábado 17 de noviembre se celebró en el Koerner Hall una velada musical que fusionó los clásicos universales, como Johann Sebastian Bach, con el clásico mayor cubano, "Guantanamera", y con estilos totalmente vanguardistas a cargo de The Alfredo Rodríguez Trio y del grupo Tiempo Libre en el marco de los conciertos impulsados por The Royal Conservatory denominados "Qué Rica Cuba".
Tanto el pianista y compositor Alfredo Rodríguez como los integrantes de Tiempo Libre se formaron en la música clásica durante su juventud en La Habana, y salieron a recorrer y a conquistar el mundo con su música, siempre conservando un fuerte arraigo por las raíces musicales y ritmos propios de Cuba. El famosísimo productor estadounidense Quincy Jones ha dicho que Alfredo Rodríguez es uno de los mejores y más interesantes pianistas del siglo XXI. Ambos han colaborado ya en la producción del álbum debut de Alfredo Rodríguez, "Sounds in Space". Por su lado, Tiempo Libre ha recibido tres nominaciones al Grammy, la última de ellas por su álbum "Bach in Havana", donde las composiciones clásicas de Bach fueron inspiración y base de nuevas melodías con ritmos afro-cubanos.
La primera parte del concierto corrió a cargo de Alfredo Rodríguez y los dos talentosos músicos que le acompañaron, Ricardo Rodríguez en el bajo, y Henry Cole en la batería. Interpretaron tan sólo tres melodías, debido a que los arreglos son excepcionalmente largos. Cada canción es un recorrido musical y emocional que abarca una gran diversidad de ritmos, estilos e intensidades. Hay momentos en que Alfredo Rodríguez produce un sonido con el piano que asemeja a otros instrumentos, y hay momentos en que el pianista entra en un diálogo casi íntimo con las teclas, donde literalmente pareciera hablarles o cantar a coro con ellas. Las tres canciones que el trío interpretó fueron la composición original "Silencio" y los clásicos cubanos "Quizás, quizás, quizás" y "Guantanamera". Es precisamente en la interpretación de estos clásicos donde se manifiesta de manera evidentemente el virtuosismo de este pianista, quien le otorga una frescura y originalidad sin precedentes a estas canciones que han sido interpretadas por cientos de artistas.
Tiempo Libre tomó el escenario en la segunda parte del concierto y logró contagiar al público con su entusiasmo, al grado de que varias personas, de todas las edades y orígenes, se levantaron de sus asientos para bailar. Incluso, los músicos invitaron al público a subirse al escenario, pero el atrevimiento no llegó a tanto. Sin embargo, las admiradoras que se acercaron al borde del escenario recibieron una especie de serenata por parte del cantante y del trompetista. Además de la interacción con el público, la actuación de Tiempo Libre se destacó por presentar la diversidad de ritmos cubanos, como la salsa, la conga y el cha-cha-chá, y además por su inusual inspiración evocada por la música clásica, particularmente de Bach. Precisamente lo más notable de este grupo es la transformación del arte serio, elevado y casi solemne de la música clásica a una manifestación popular, bailable y de ritmo candente. Curiosamente, Tiempo Libre también interpretó "Guantanamera", lo que permitió en un mismo concierto apreciar dos estilos totalmente distintos de ejecución de la misma canción.
Al final del concierto, Alfredo Rodríguez y Tiempo Libre interpretaron juntos una melodía, y a continuación invitaron al público a acompañarles en el vestíbulo del Koerner Hall para un rato de convivencia y de firma de autógrafos.
Publicado: 19 de noviembre, 2012
Texto y Fotos: Eduardo Falcón